PAMPLONA/MADRID.- En los tradicionales encierros de toros en la ciudad de Pamplona, en el norte de España, conocidos como "Sanfermines", 432 personas tuvieron que ser atendidas este año por los servicios de socorro, en su mayoría por contusiones, esguinces o luxaciones.
Para 52 corredores, sin embargo, el peligroso recorrido terminó en el hospital. Dieciséis de ellos -cinco más que en 2003- fueron corneados por los astados -de hasta 600 kilos de peso- y tuvieron que ser operados de urgencia, comunicaron hoy fuentes sanitarias.
En el último encierro de este año, un español de 43 años fue herido hoy por asta de toro en los glúteos.
Entre las víctimas, como ya es habitual, hubo turistas inexpertos de Estados Unidos, Australia y Francia. Sin embargo, el herido más grave fue un veterano de los Sanfermines, el vasco Julen Madina, de 49 años.
Cuando el lunes se amontonaron numerosas personas en el callejón de acceso a la Plaza de Toros, el hombre recibió cinco cornadas. "Recuerdo el sonido del toro, cómo bufaba cuando embestía y cómo me entró por el glúteo con sus astas finas. Me dolió mucho", dijo desde la cama del hospital.
Madina aseguró, sin embargo, que el año que viene tiene previsto volver a participar en los encierros. "Es una circunstancia más que está en las carreras. Mayor respeto que le tengo yo a los toros no se le puede tener. He visto morir a tres corredores en los encierros", explicó.
Durante el tradicional espectáculo, cada mañana son soltados seis toros de lidia en un trayecto de 825 metros por las estrechas callejuelas del casco histórico de la ciudad. Por la tarde, los animales mueren en la corrida.
Cientos de hombres jóvenes, los "mozos", corren delante de los toros. Como única arma para mantener alejados a los animales, llevan un periódico doblado.
Desde 1924, 14 participantes han muerto. La última víctima mortal se produjo el año pasado. El pamplonés Fermín Etxeberría, de 62 años, también era un "mozo" experimentado.
Los Sanfermines, como se denominan estas fiestas en honor al patrón de Pamplona, San Fermín, se hicieron famosos en todo el mundo por la novela "Fiesta" (1926), de Ernest Hemingway.