HARARE.- El Presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, se tomará un mes de permiso para reflexionar sobre la formación de un nuevo Gobierno de unidad nacional y la situación del país, sometido a sanciones internacionales, declaró su portavoz, George Charamba.
Mugabe pasará parte de sus vacaciones fuera de Zimbabwe, dijo Charamba, según publica hoy el diario oficial "Sunday Mail", lo que significa que la supuesta designación de un nuevo Gobierno, anunciada por la propia Presidencia zimbabwense, se retrasará al menos ese tiempo.
"El Presidente está muy ocupado reflexionando sobre las nuevas estructuras necesarias para afrontar las sanciones económicas contra Zimbabwe y trabaja en la estructuración de un nuevo Gobierno de unidad, que se formará muy pronto", agregó Charamba.
Informaciones oficiales previas señalaban que Mugabe preparaba la designación de un nuevo Gobierno "de unidad", tras destituir al menos a una docena de sus actuales ministros.
En ese Gobierno no estaría el líder opositor Morgan Tvangirai, del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), que ha rechazado cualquier colaboración con Mugabe mientras siga la represión de sus seguidores, y el encarcelamiento de opositores y defensores de los Derechos Humanos.
La comunidad internacional ha reiterado que no reconocerá la legitimidad de un Gobierno en el que no esté el MDC de Tsvangirai.
Tsvangirai, que ganó la primera vuelta de las presidenciales de marzo de 2008, y se retiró de la segunda ronda en junio ante el acoso y asesinato de decenas sus seguidores por la Policía y partidarios de Mugabe, llegó a un acuerdo con el Presidente en septiembre para la formación de un Gobierno de unidad nacional.
Sin embargo, Tsvangirai, que según el acuerdo debía ser Primer Ministro, no ha aceptado la exigencia de Mugabe de que su grupo, la Unión Nacional Africana de Zimbabwe-Frente Patriótico (ZANU-PF), ocupe los principales ministerios, incluidos el de Interior y Finanzas, que según el pacto corresponderían al MDC.
La situación de los alrededor de 12 millones de zimbabwenses es desesperada, con escasez de alimentos, una epidemia de cólera que ha afectado a más de 30.000 personas y causado hasta el momento unos 1.600 muertos, y un desempleo que supera el 80 por ciento.
La mayoría de la población no tiene acceso a las divisas extranjeras, que prácticamente han sustituido a la moneda local para las transacciones, y la ONU calcula que, a partir de este mes, cinco millones y medio de zimbabwenses necesitarán ayuda alimenticia para poder sobrevivir.