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Megaseguridad y temor a protestas esperan a Papa Francisco en Brasil

Unos 9.700 soldados y 3.500 agentes de las policías civil, federal y militarizada, apoyados con buques de la armada, aviones cazabombarderos y un sistema antiaéreo.

19 de Julio de 2013 | 07:06 | DPA

RPIO DE JANEIRO.- El Papa Francisco arribará el lunes a un Brasil que lo aguarda con un megaoperativo de seguridad que deberá protegerlo, entre otros riesgos, de su tendencia a relajar el "blindaje" para acercarse a los fieles, y con una ola de protestas que prometen cruzarse con la intensa agenda que cumplirá el pontífice argentino en Sao Paulo y Río de Janeiro.


Unos 9.700 soldados y 3.500 agentes de las policías civil, federal y militarizada, apoyados con buques de la armada, aviones cazabombarderos y un sistema antiaéreo de exclusión de 24 kilómetros de radio, tendrán la misión de proteger a un pontífice que se niega a usar el tradicional "papamóvil" blindado para trasladarse por Río y que usará el mismo jeep abierto que utiliza en la Plaza San Pedro, en Roma.


"Claro que las medidas preventivas tienen que ser muy cuidadosas, detalladas, pero si él tiene ese deseo y es eso lo que está siendo planteado, entonces, ciertamente, estamos observando minuciosamente lo que se puede hacer para evitar (que no haya) ninguna situación embarazosa para el papa", admitió el ministro de Seguridad Institucional, José Elito.


Otra preocupación es la tendencia de Francisco de acercarse y tocar a los fieles.


Según el coronel Paulo Cruz, uno de los responsables del operativo, la mayor preocupación no es la posibilidad de un atentado, sino de que ocurra un incidente provocado por la conmoción de los fieles cuando tienen cerca al papa.


"El jefe de seguridad personal del papa nos dijo que él quiere mucho contacto con el pueblo, no quiere quedar aislado. Y la seguridad tiene que poner mucha atención en los momentos en que él se aproxima de las personas porque puede generar un riesgo", afirmó Cruz.


Los agentes encargados del operativo de seguridad deberán tener especial cuidado también durante su paseo por la favela carioca Varginha, el próximo jueves, donde recorrerá a pie las estrechas callejuelas de la barriada y participará de un acto público en una cancha de fútbol.


Paralelamente, el "contingente de guerra" deberá lidiar con las manifestaciones que coincidirán con la estancia del papa en Brasil, entre el 22 y el 29 de julio, y con la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), a la que se espera que acudan unos dos millones de personas. Además, a pedido del propio Francisco, deberán hacerlo evitando un gran despliegue militar.


Entre las movilizaciones confirmadas están la "Marcha de las Putas", que se enmarca en un movimiento mundial que lucha contra la vioelencia contra las mujeres, que tendrá lugar el 27 de julio en la famosa playa de Copacabana, y la convocada bajo la consigna "Papa, vea como somos tratados", que no es contra la iglesia católica, aclararon sus organizadores, sino que busca aprovechar la visibilidad de la JMJ para protestar contra la corrupción y reclamar mejoras en los servicios públicos.


Según el Sistema de Inteligencia Brasileño, las protestas figuran como la mayor amenaza durante la estancia de Francisco en Río de Janeiro y en el interior de Sao Paulo, a donde realizará una visita fugaz el 24 de julio en la ciudad santuario de Aparecida, por encima incluso de acciones terroristas, del crimen organizado y de la delincuencia común.


Sin embargo, tanto las autoridades brasileñas como la comitiva papal aseguran estar "tranquilas" y "serenas" respecto a las mismas.


El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, negó incluso que haya intención de modificar el programa previsto durante la visita de Francisco a Brasil, su primer viaje internacional desde que asumió el pontificado el pasado 13 de marzo.


Lombardi consideró que las protestas no son contra el papa ni contra su visita al país, y que el Vaticano tiene "total confianza" en el esquema de seguridad previsto por las autoridades brasileñas.


También el gobierno se manifestó tranquilo respecto a las movilizaciones, que tuvieron su punto álgido en junio, durante la Copa Confederaciones, cuando más de dos millones de personas salieron a la calles contra los gastos millonarios del gobierno en la organización del Mundial de 2014 y por mejoras en salud, vivienda y educación.


Según el secretario general de la Presidencia, el ministro Gilberto Carvalho, "el que se encargará de la gran seguridad del papa es el pueblo brasileño, la juventud, la gente que lo espera con gran alegría". Según Carvahlo, "es natural" que ocurran manifestaciones en un país democrático, y Francisco, "acostumbrado a vivir en la periferia de Buenos Aires, sabrá entender".

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