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Gran exposición en Madrid refleja la fascinación de Turner por el mar

"Turner y el mar. Acuarelas de la Tate" se denomina la muestra de la Fundación Juan March, en la que se exhibe un total de 70 obras del mayor maestro de la acuarela.

18 de Septiembre de 2002 | 11:42 | EFE
MADRID.- El dominio de la luz, del color y de los efectos atmosféricos son algunas de las características de la obra de J.M. William Turner (1775-1851) que se aprecian en una magna exposición inaugurada hoy en Madrid que pretende reflejar la fascinación que el tema del mar ejerció sobre el pintor inglés.

Bajo el título "Turner y el mar. Acuarelas de la Tate", la Fundación Juan March exhibe un total de 70 obras (58 acuarelas, dos óleos y nueve grabados) inspiradas en su mayoría en las costas británicas y en las que se pone de manifiesto la relación con el arte moderno del artista, que consiguió elevar la acuarela al nivel de la pintura al óleo.


Pintura conocida como "The Slave Ship" ("El Barco de Esclavos"), que lleva como nombre original "Esclavistas arrojando por la borda a los muertos y a los agónicos, con una tormenta que se asoma". Oleo sobre tela de 1840.

Considerado como un visionario y un revolucionario, William Turner es, junto con Constable, uno de los máximos representantes del paisajismo inglés del Romanticismo.

Con una forma libre de expresión, alejado de modas y gustos del momento y ajeno a las críticas, Turner su construyó un universo de fantasía e imaginación donde el color y la luz juegan con gran riqueza.

"El color en Turner es un problema conceptual, no físico" en opinión de José Capa, director de exposiciones de la Fundación Juan March, que comparó la libertad del artista inglés con la de Goya, contemporáneo suyo.

Capa destacó que, a pesar de que el mar es protagonista de un tercio de la prolífica obra del artista, calculada en 25.000 piezas, "nunca ninguna exposición había abordado de manera tan amplía esta relación".

Las obras exhibidas, procedentes de la Tate Gallery de Londres, han sido distribuidas cronológicamente, desde las primeras fechadas en 1795 hasta las pertenecientes a sus últimos años de austeridad y abstracción.

"De esta forma se puede apreciar el proceso interno de transformación y cambio de Turner", señaló José Jiménez, autor de uno de los artículos incluidos en el catálogo de la exposición, de la que es comisario Ian Warrell, conservador de la Tate.

En las primeras obras "estructuradas y ordenadas, se aprecia más apego al clasicismo en su representación de la naturaleza, adquiriendo poco a poco mayor libertad en sus representaciones", explicó a EFE Jiménez.

El eje del trabajo de este pionero gira en torno a la luz y al color, tratando las dimensiones de la luminosidad y la oscuridad", señaló el experto, quien destacó como uno de los aspectos importantes de Turner la resonancia con la luz interior y las dimensiones espirituales.

Gran aficionado a la poesía, en ocasiones exponía sus trabajos acompañados de un poema, bien suyo o de sus poetas favoritos. "Esta sensibilidad poética está latente en su obras", según Jiménez.

Turner, que vivió la naturaleza como algo dinámico, es extraordinariamente actual, en opinión de José Jiménez, que consideró al artista inglés como un anticipo de Mark Rothko, uno de los pioneros del expresionismo abstracto.

La dimensión enigmática y misteriosa de Turner también puede ponerse en relación con las "pinturas negras" de Goya, según Jiménez, para quien Turner, Friedrich y el pintor aragonés fueron los tres grandes que, en un momento de transición, "abren el desarrollo de la pintura moderna".

Hijo de un barbero y miembro de pleno derecho de la Royal Academy, Turner legó en su testamento a la nación inglesa sus cuadros con la condición de que se construyese un museo Turner en el plazo de diez años tras su fallecimiento. De lo contrario, los cuadros deberían ser vendidos.

No se construyó el museo ni se vendieron los cuadros y, tras más de un siglo de indecisiones, el legado Turner -constituido por lo que había en su estudio tras su muerte: 320 óleos y más de 19.000 acuarelas y esbozos- se ha recopilado en un edificio anexo a la Tate Gallery, la llamada Clore Gallery, que fue inaugurado por la reina Isabel II en abril de 1987.
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