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“Por la vuelta”: Inolvidable e intensa Mariana Prat (28/10/2003)

29 de Octubre de 2003 | 10:52 |
“Por la vuelta”: Inolvidable e intensa Mariana Prat

Juan Antonio Muñoz H.


Con suavidad, ella entra a escena. Se mueve con delicadeza y viste de negro. Está bien rubia, casi platinada. Sus músicos la esperan en el escenario. Agradece con los ojos y, un tanto nerviosa, toma entre sus manos el micrófono. Lleva siete años fuera de los escenarios y ahora regresa con algo que sabe hacer demasiado bien: cantar.

Mariana Prat no puede disimular su emoción, pero la voz le responde siempre. Sólo titubea cuando alguno de los textos poéticos que van enlazando su recital cae al suelo desde el atril de las partituras o cuando se siente sobrepasada por la carga que las palabras dejan en el aire.

Parte con “Volver” y la letra de Le Pera resuena como una declaración de principios de esta nueva etapa de su vida, y sigue con Nicanor Molinare y su “Mantelito blanco”, donde esta vez la historia familiar, con el recuerdo de la madre, emerge de quizás qué regiones. Hace llorar a la audiencia con esta canción. Recita luego a Nicanor Parra y desde él viaja a un país esencial en su carrera: Francia. La tierra de la Piaf, a quien le dedicó un excelente espectáculo en 1987, viene con “La Seine”, “Sous les ponts de Paris” y “Sous le ciel de Paris”, y Mariana Prat alcanza con ellas lo mejor de sí misma, que es mucho, y desarma todo cantando con las entrañas, como conociendo de antes esta música que vive en las variaciones, en los matices, en la fluidez para conducir la endiablada letra.

Jorge Luis Borges le sirve con su “Elegía de los portones”, mientras que Homero Manzi canta “Sur” con ella ayudado por la música de Aníbal Troilo.

Así sigue la noche. El público, feliz, escucha en vivo canciones que ya no se oyen, que nadie se atreve a cantar, vividas en el escenario por una artista intensa en su expresión, dueña de una voz aterciopelada y de centro ancho.

Nunca en mi experiencia escuché cantar bien “Tonadas de Medianoche”. Mariana Prat termina con ese sino fatal, vinculando la melodía de Francisco Flores del Campo con el ambiente de un cabaret y tomando control absoluto de los problemas vocales que significan saltos, cambios de registro y modulaciones.

Jorge Teillier la estremece y, como ella lo sabe, se muestra más cuidadosa en su entrega, algo que no puede hacer con “La llorona”, que la destruye, y mucho menos con “La Bohème”, pieza famosa de Aznavour, cantada magistralmente por la cantante chilena. Nadie se queda sentado. El aplauso es de pie. Por eso ya no controla a Teillier en “Cuando todos se van”.

Anuncia que “Y volver, volver, volver” (Enrique Maldonado) es la última canción, pero nadie puede aceptarlo porque nadie quiere que termine una noche inolvidable.

En Santiago no hay quién haga algo como esto. Hay un público que lo espera y que lo necesita.

Ficha: “Por la vuelta”. Con Mariana Prat, Pedro Mesías (piano), Hernán Molinari (acordeón) y Leonardo Zucker (guitarra). El Mesón Nerudiano, Dominica 35, 737 1542. todos los viernes a las 22.30 hrs. $5.000.
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