Pato Laguna y Sergio Lagos en "Encuestros Cercanos". |
SANTIAGO.- La de anoche fue una jornada emotiva. Hay que decirlo. Una jornada que caló hondo en el corazón del televidente.
En la pantalla era posible ver a los participantes del encierro, particularmente tocados debido a la reciente visita de algunos de sus seres queridos. Los hijos, en el caso de Coca, el hermano en el caso de Vicky, el padre en el caso de Pato Laguna, y la madre en el caso de Verónica y Javier, el español que a un día de la visita, todavía no podía dejar de llorar de sólo recordar que había estado con su madre.
Con esas sensaciones a flor de piel, la votación interna resultó aún más delicada. Tal como lo habían acordado con el propio español, Verónica y Vicky votaron por él, aunque eso les rompiera el corazón. Todo sea por tener a una mujer en la final, fue la justificación. Pero eso no les alivianó la conciencia. "Me siento mala. Me siento egoísta" llegó a reconocer Verónica, quien debió desempatar entre ella y el español para el duelo con Laguna.
El llanto fue la constante. El televidente pudo apreciar litros y litros de lágrimas. El concursante Estrada pareció compartir esta apreciación y clamó a las chicas (que caminaban abrazadas a él en el atardecer de Pirque): “Vamos a hacer un juramento. Nadie llora más hasta que se acabe esto. ¿Vale?”.
"Esto nadie se lo esperaba", dice por otro lado Pato Laguna caminando junto al Coca.
"Nadie dijo que iba a ser fácil", le replica el de Graneros con evidente cara de preocupación.
Poco antes de partir al duelo, la tensión se hace aún más evidente.
"No hay nada que decir", dice el Coca en la casona, pero lo único que hace es hablar y dar instrucciones. Oxidadas frases para el bronce "En la cancha se ven los que valen", o "Nada de llorar". Frases que exasperan al televidente.
Estaba nervioso el Coca y tenía razón para estarlo. Porque en el duelo se derrumbó el hinchado mito de Pato Laguna.
No le valió de nada ganarse un celular, un pasaje a Brasil, una bicicleta, más de 500 mil pesos en Sodimac o un viaje a la Isla Margarita en las pruebas individuales que ganó.
Como dice Gonzalo Egas: Lo que importa son los duelos.
Y en el de anoche (en rigor hace dos noches, pero esto es lo que se le hace creer al televidente), el modelo de los hinchados pectorales, se desinfló.
Mientras el ibérico iba y venía colgando por el pasamanos de madera con sorprendente habilidad, juntando fácilmente los sacos de arena que llevaba en sus pies, Laguna apenas si podía pasar de una barra a otra.
Fue una paliza.
Al final, todas las pesas y esa enorme masa muscular, no le sirvieron de nada al modelo. Sin embargo, fue igualmente un músculo (el del corazón), el que haría que este personaje, a quien el televidente consideraba un modelo cabeza de músculo, un descerebrado, un gallo sin cuento, terminara transformado, en un hombre con sentimientos.
Con el corazón copado
"Él es un hombre sepsy" (sic), dijo Yasmín Valdés cuando Sergio Lagos le dio la palabra apenas comenzado el Encuentros Cercanos. A lo que agregó que Laguna había salido favorecido de su paso por La Granja, que había salido "hecho todo un hombre" (¿Pero cómo? ¿No lo era ya antes de entrar?).
En el instante preciso en el que fue presentado el nuevo eliminado, al televidente le surgió de manera espontánea la pregunta de si Carlita Ochoa iría a aparecer al final del programa, como ya se ha hecho costumbre en el epílogo del espacio.
Pero no es conveniente adelantarse.
Como era de esperar, la presentación de Laguna en el estudio del programa fue acompañado del clásico aullido femenino.
De entrada el modelo dijo sentirse muy ansioso, afirmó haber vivido una experiencia inolvidable y agradeció el cariño del público. "Me van a hacer llorar", mintió.
Cuando fue consultado sobre las motivaciones que lo llevaron a participar de este show, Pato afirmó que necesitaba parar, que necesitaba vivir algo diferente.
Y sin duda lo vivió, porque según reconoció el propio maniquí "nunca me pude poner una cagá tranquilo", y eso, después de los 85 días que duró su encierro, sí que debió haber sido algo diferente.
Pero al televidente no le vienen con cuentos y necesitaba escuchar alguna palabra alusiva a la relación de Laguna con Carlita Ochoa.
Fue la propia Yasmín Valdés (que sabe interpretar muy bien el sentir del televidente) la que fue particularmente inquisidora en ese aspecto.
"¿Cómo está el corazón con respecto a Carla Ochoa?", le preguntó sin rodeos la panelista ya entrado el programa.
Laguna soltó una risa nerviosa, pero no eludió la pregunta: "Lo que tenga con ella me lo reservo", dijo como todo caballero desmemoriado. Para luego agregar que diariamente leía la carta que le había entregado Carla antes de partir al fundo estudio.
"¿Tal vez estás enamorado de ella?", siguió aguijoneando Yasmín.
"Ella es una mujer maravillosa", respondió Laguna. "No entré a La Granja con una relación estable", se apresuró a decir después Patricio, para luego confesar que "ella está en un 100% en mi corazón". Fue tras esa frase y durante sólo una fracción de segundos, que al televidente le dio la impresión de que Laguna no ha logrado aún superar lo de María Alberó. Pero como dirían en el campo (o en la propia Granja Vip): eso es harina de otro costal.
Como sea, el hambre del televidente ya había sido saciada y por eso poco le importaron después los videos familiares, y los familiares en el estudio y toda esa melodramática parafernalia con la que termina habitualmente este programa.
Lo que importa ahora es lo que viene. Sólo quedan cuatro. Y contando.
