EMOLTV

Guitarroneros de Pirque

15 de Febrero de 2008 | 20:07 |
imagen

Puntillana se llama esa entonación con que Santos Rubio canta aquí un verso sobre el Antiguo Testamento. Porque el verso está basado en la Biblia, pero la entonación es de La Puntilla de Pirque, veinte kilómetros al sur de Santiago, el lugar donde el cantor nació hace setenta años. Y porque él mismo la inventó ahí, con el talento que hace falta para inscribir algo propio en una tradición tan centenaria. Así son los firmantes de este disco: cuatro autoridades vivas del canto a lo poeta, esa disciplina ramificada entre las inmensidades del canto a lo divino, poesía popular de contenido religioso, y el canto a lo humano, que a su vez contiene el arte de la paya, todo con el guitarrón como presencia común y misteriosa.

Pirque es un santuario del guitarrón, instrumento único en el mundo, cultivado por generaciones de músicos en Chile y sonoridad central del canto a lo poeta. Santos Rubio y Alfonso Rubio, hermanos mayor y menor; Osvaldo Chosto Ulloa, cantor y guitarronero más veterano, y Juan Pérez Ibarra, destacado exponente del canto a lo divino en el país, ya coincidieron hace siete años en un disco que es un tesoro: El guitarrón chileno - Herencia musical de Pirque (2000). Ése es un registro casi documental de la historia, el habla, los versos y la música de estos poetas. Guitarroneros de Pirque es un paso siguiente. Aquí los cuatro muestran la raíz de su arte, pero además la aproximan a otras expresiones y la amplían a campos más inadvertidos.

Las fuentes siguen siendo lo poderoso. Aquí están las entonaciones centenarias que se saben estos hombres y que, no importa si al final sea canto a lo divino o a lo humano, igual son unas bendiciones. Están su voces, añosas la de Chosto Ulloa y Santos Rubio, más nuevas las de Juan Pérez y Alfonso Rubio. Están los versos: Ulloa y Alfonso Rubio cantan un verso por Adán en el que se casi se palpan los dedos fibrosos del primero sobre el encordado de su guitarrón, en contraste amable con la sonoridad más joven de Rubio en sus cuerdas vocales y en las de su instrumento. Y al final Chosto Ulloa canta solo el verso más largo, por Apocalipsis, donde escucharle apenas pronunciar una frase inicial como "Cuenta la teología de la sagrada escritura" es sobrecogedor.

Pero este disco también se abre a otros géneros, no siempre tan solemnes. Juan Pérez presenta una cueca propia, con letra pircana y melodía de la tradición, y un vals aprendido de la cantora Felicinda Briones, también de Pirque. Santos Rubio canta a su vez una tonada emocionante en su sencillez. Y el aporte de los músicos invitados está hecho no sólo con respeto, sino también con tino. Joselo Oses y Rodolfo Henríquez provienen de la cueca y sintonizan bien con este lenguaje, entre el acordeón que se ensambla con el rabel de Santos Rubio y el armonio que acentúa el carácter religioso de parte de estos versos. Canto a lo divino, valses, tonadas y cuecas: Guitarroneros de Pirque es un paisaje representativo de todas las músicas que dominan estos hombres, y son ellos mismos los que además la enlazan y enriquecen con otras raíces.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?