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Jean-Paul Belmondo, el actor rebelde y ultracomercial, cumple 75 años

La fama le llegó ya en 1959, gracias a Jean-Luc Godard con el mítico filme “A bout de souffle". Se le considera "el feo más guapo" del cine francés.

09 de Abril de 2008 | 10:39 | EFE
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Jean-Paul Belmondo en una imagen de Sin Aliento junto a Jean Seberg.

El Mercurio
PARÍS.- El actor francés Jean-Paul Belmondo, una de las caras más conocidas del cine francés, cumple hoy 75 años, recién terminado el rodaje de su última película, “Un homme et son chien", con el que celebra cincuenta años de carrera cinematográfica.

Con esta película de Francis Huster, ahora en fase de montaje, convertido en un profesor jubilado y solo en lucha por sobrevivir con dignidad, Bebel, como le llaman su público y sus amigos, retornó al cine como tantos admiradores le pedían tras varios años de inactividad forzada.

La causa fue un ataque cerebral vascular sufrido en agosto de 2001, mientras estaba de vacaciones en Córcega, por esta figura del cine francés que ha sido condecorado en numerosas ocasiones, entre otras con el grado de comendador de la Legión de Honor, en 2007.

La cinta que le devolvió a las pantallas es una readaptación de "Umberto D” (1951), del italiano Vittorio De Sica, que comenzó a rodarse el pasado enero, cincuenta años después de que en 1958 entrase en el séptimo arte con la película “Les tricheurs,” de Marcel Carné.

La fama le llegó ya en 1959, gracias a Jean-Luc Godard con el mítico filme “A bout de souffle", que le colocó en plena “Nouvelle Vague” del cine francés, para la que rodó también “Pierrot le fou" (1965), con el mismo director, o “Le voleur” (1967), de Louis Malle, entre otras muchas.

Belmondo, considerado “el feo más guapo” del cine francés, no tuvo, sin embargo, inconveniente alguno en abandonar la cresta de la ola de las vanguardias de su tiempo para devenir ante todo uno de los actores más populares y prolíficos en filmes de acción del país.

Su personal rebeldía contra lo establecido comenzó de niño, más atraído por el boxeo y el circo que por los estudios, hasta que a los 16 años, en parte debido a una tuberculosis que le retiró de sus actividades habituales, descubrió su vocación de actor.

Tras ganar un concurso del Conservatorio, Belmondo debutó en el mundo del teatro en 1951, en una gira por los Hospitales de París en la que interpretaba el papel de príncipe de “La Bella Durmiente del Bosque.”

Su debut verdaderamente profesional comenzó dos años después en el Taller de l’Atelier, a las órdenes de André Barsacq.

Figura monumental en su país, pero también reconocido en el extranjero, Belmondo nació en 1933 en el elegante barrio vecino a París de Neully-sur-Seine, en una familia de artistas, pues su padre era un importante escultor, miembro del Instituto de Francia, y su madre pintora.
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