Rock y guitarras. Courtney Love deja su fama de aguerrida y sexual y se introduce en su propio existencialismo en el disco que este viernes se estrena mundialmente.
El Mercurio
LONDRES.- Es la viuda del legendario cantante de Nirvana, Kurt Cobain, señalada también por sus peligrosos coqueteos con las drogas y la impúdica exhibición de sus pechos. Pero ahora, la "gran dama" en lo que a encontronazos con la justicia se refiere quiere que la vuelvan a tomar en serio en su oficio, la música. Mañana llega a las tiendas de discos el nuevo álbum de Hole, la banda de rock de Courtney Love.
Nobody’s Daughter es un disco "lleno de sentimiento y muy fuerte mentalmente", dijo la cantante de 45 años en una entrevista en Londres. "Me he enfrentado a cosas que tenía pendientes desde hace mucho tiempo".
Doce años lleva en silencio Hole. Y es que los problemas personales de Love, cuyo nombre de pila es Courtney Michelle Harrison, no paraban de crecer: drogas, alcohol, depresiones, retirada de la custodia de su hija con Cobain, Frances Bean, y prohibición de mantener el contacto con ella, estancias en prisión y en clínicas de desintoxicación, trastornos alimenticios y un largo etcétera. No quiere hablar del tema, sólo una cosa: "No he tomado drogas para grabar este disco, estoy bien".
Se acabaron los titulares negativos. Love buscó en Inglaterra nuevos miembros para su banda y con ellos ha convivido también temporalmente. "Hace dos, tres años, ya tenía el álbum hecho. Y lo tiré a la basura", dijo la cantante. Aquel disco iba a ser su segundo álbum en solitario.
"En los últimos cinco años he empleado tanto esfuerzo y dinero en este disco; todas las horas de vigilia y también algunas durante el sueño. Fue muy, muy duro y muy caro". Esto último, en parte por la disputa jurídica con el ex miembro fundador de Hole Eric Erlandson, que intentó prohibir la reaparición de la banda.
El agujero: del vuelta al grunge
También hay revuelo con el estilo musical de Hole y Love. Aunque se les etiqueta dentro del grunge que popularizaron Nirvana y Cobain, la viuda de éste no quiere oír hablar de ello. "Jamás hemos hecho grunge, igual que tampoco lo han hecho los Nine Inch Nails o los Red Hot Chili Peppers. Hacemos rock duro y fuerte".
Sin embargo, precisamente Nobody’s Daughter es un disco muy al estilo del tantas veces dado por muerto grunge. Sus características guitarras rasgadas y sus letras llenas de miedo conforman un álbum en el que la cantante habla de sus trastornos alimenticios con un tono vulgar en su single "Skinny Little Bitch", que fue lanzado como aperitivo el viernes pasado.
Cobain es omnipresente. En el tema que da nombre al disco, Love canta al miedo, el dolor y el horror: "Si hacía algo mejor, se lo guardaba para él, no soy tan tonta, yo sólo necesito mucha ayuda (...) La hija de nadie, eso no lo fue nunca, eso no lo será jamás, estará unida a alguien a quien no puede matar". Y en "Pacific Coast Highway", escrita en una clínica de desintoxicación, dice: "Sujeta tu arma en mi mano". Cobain se pegó un tiro con una escopeta de perdigones el 5 de abril de 1996. Tenía 27 años y estaba bajo los efectos de las drogas.
Según Love, Hole no es un álbum tan áspero como su predecesor, Celebrity Skin. "Aquel fue un disco difícil y resbaladizo, una nube de cenizas tan oscura y negra como el volcán de Islandia. Nobody’s Daughter’es rosa y rojo, y tiene los colores de una puesta de sol en Los Angeles. Odio y amo esa ciudad; en realidad, quiero volver a Nueva York". Y allí estará con Hole para dar un concierto el próximo martes.