SANTIAGO.- Ante cerca de diez mil personas, el legendario baterista de Los Beatles Ringo Starr debutó en tierras chilenas. Y si bien las expectativas y la efervescencia del público fueron distintas a las vividas cuando se presentó Paul Mc Cartney, en mayo pasado, el show que ofreció el viernes en el Movistar Arena ayudó a poner las cosas en su lugar en cuanto al talento del "beatle divertido".
Pasadas las 21:50 horas, el músico y su banda "de Estrellas" ("All Starr") -todos de sólida formación hard rock- interpretaron clásicos como "Yellow submarine" y "With a little help from my friends".
Starr también lució su talento con piezas relativamente poco conocidas por el público nacional, como "It Don't Come Easy" (con el que abrió el show), "Broken wing" (cover de Mister Mister) o "Free Ride".
No obstante, se echaron de menos algunos temas que el baterista acostumbra tocar en vivo, como "Octopus's Garden", canción que no forma parte de la gira sudamericana.
La cálida noche del viernes permitió comprobar que Ringo, quien convirtió patrones de batería como los de "Tomorrow never knows" o "Ticket to ride" en marca registrada, tiene cuerda para rato.
Varios asistentes quedaron sorprendidos de verlo pasar de la batería al micrófono solista con una agilidad sorprendente. Y rápidamente se ganó el corazón de un público que, si bien en su mayoría era "militante Beatle", pudo tener ciertos reparos al principio sobre cómo sería el show. Ringo, tras dos horas de concierto, dio claras muestras de su solidez como artista y dejó a los espectadores con ganas de más.