"Somos bien cercanos a la música chilena"

Algunos músicos internacionales cuentan en palabras lo importante que es tocar en Chile, pero Flairck va más allá y deja hablar a los hechos. Esta banda holandesa con influencias de música escandinava, folk y rock progresivo fundada en 1978 no sólo acaba de reaparecer hace cuatro meses en vivo con tres de sus integrantes fundadores: Además vendrá a dar en Chile las primeras actuaciones a gran escala con esa histórica formación reunida.

Así lo explica horas antes de subir a escena el guitarrista Erik Visser, fundador del grupo y único integrante que ha permanecido en su alineación durante estos treinta y cinco años. Flairck dará tres conciertos en Chile esta vez, como parte del Festival Internacional de Músicas del Mundo que desde este jueves 16 organiza el sello disquero Mundovivo: Actuarán el sábado 18 y el domingo 19 en la Casa Museo Santa Rosa de las Condes.

La banda, caracterizada por diversos cambios de integrantes a lo largo de su historia, llegará esta vez en una formación de cuarteto, con Erik Visser (guitarras y percusión), Sylvia Houtzager (violín y arpa), Peter Weekers (flautas) y el músico mexicano Pablo Ortiz (bajo y guitarras). Los tres primeros son integrantes de la etapa inicial del grupo, recordada por discos como Variaties op een dame (1978), Gevecht met de engel (1980) —también conocidos como Variations on a lady y The lady's back, por sus títulos en inglés— y Circus (1981).

"Va a ser inusual en el sentido en que estamos tocando ahora con dos músicos de mi generación y que vienen desde el comienzo con Flairck, desde 1978", comenta Visser a propósito de Sylvia y Peter Weekers. "Me preguntaba por qué estaba pasando esto ahora, porque desde 1994 yo he sido el único fundador presente en el grupo. Yo envejecía y la banda rejuvenecía", se ríe. "Y estamos felices ahora los tres de estar cerca. Porque estuvimos tantos años juntos en el pasado".

"Tenemos muchas flautas, Sylvia toca el violín y el arpa, llevo mis guitarras y Pablo (Ortiz) es un guitarrista que toca el bajo acústico", agrega el músico, a propósito de los conciertos que presentarán en Chile. "Así que es básicamente un regreso a los primeros días, al período inicial desde el 78 hasta los '80. Estamos tocando cosas nuevas, pero hacemos un largo trecho de vuelta".

-¿Y cómo suenan esas composiciones originales ahora? ¿Son nuevos arreglos o se escucha tal como en los discos?
-Es una pregunta difícil. De algún modo es un poquito más rockero ahora. Antes éramos muy técnicos para tocar: precisos. Ahora es un poquito menos preciso y un poquito más rockero —sonríe—. Son los años que han pasado.

Flautas y zampoñas

Éste será además un regreso a un país donde Flairck ya tiene una complicidad establecida luego de sus tres visitas previas: en 1995, año en que grabaron el disco en vivo En vivo en Chile, también editado como The chilean concerts; luego, en 1997, cuando compusieron y grabaron la música para la exposición "Cuerpos pintados" del fotógrafo local Roberto Edwards; y en 2008, cuando regresaron para presentar su espectáculo "Stoomwals".

"Recuerdo muy bien los primeros conciertos que hicimos en el '95, porque nunca supimos que la música era tan importante para los chilenos —dice Visser—. Porque en Holanda es más como entretenimiento, y desde el comienzo nos dimos cuenta de que tal vez en Chile era algo más que eso, que tenía que ver con política, con libertad, con cosas como esas. Nos sentimos muy honrados de tocar en Chile y ser parte de eso en ese momento".

-En esas primera visitas ustedes tocaron dos canciones de autores chilenos acá: "Los momentos", de Eduardo Gatti, y "Te recuerdo, Amanda", de Víctor Jara, que es un músico con un significado político universal. ¿A eso te refieres?
-Sí, exacto. Hicimos eso en 1997, y también hicimos (hace una pausa para acordarse)... "Luchín", de Víctor Jara. Además conocemos a Violeta Parra, que escribió música instrumental para guitarra, y tenemos a algunos estudiantes de guitarra muy interesados en sus trabajos. Así que somos bien cercanos a la música chilena, nos interesó a través de los años. Y lo divertido es que usábamos los instrumentos de ustedes antes de siquiera pensar en ir a Chile. Tocábamos zampoña, charango, porque los conocíamos desde los primeros días. Y cuando llegamos a Chile descubrimos cómo debían ser tocados de verdad.

Visser recuerda la participación en Flairck del músico chileno Franco Cabello, actual integrante del conjunto de música andina Arak Pacha, quien conoció al grupo holandés en una de esas primeras visitas. "Siempre estuvimos buscando colaborar con músicos en Chile, como Franco Cabello. Eso significa hair, ¿no?", pregunta acerca del apellido. "Sí, trabajamos con él y con más gente también. La última vez, en 2008, tocamos con músicos de la calle. Una orquesta completa de intérpretes de zampoña".

-¿Tienes imágenes específicas en la memoria de esas primeras visitas en los '90?
-Sí, especialmente de la primera vez. Antes de los conciertos tuvimos unos días y fuimos a Tongoy, a La Serena, en la playa. Recuerdo haber visto muchas uvas y fábricas de pisco. Todavía no conocíamos a nadie en Chile. Y cuando mencioné eso en el concierto, que visitamos Tongoy y las embotelladoras de pisco —se ríe—, les encantó.

-¿Pisco fue una palabra clave?
-Yeah, exactamente. De verdad nos sorprendió. Y fue lo mismo con "Los momentos" (la canción de Eduardo Gatti). Fue una persona de radio Futuro quien nos sugirió tocarla. Cristian... Landate, creo.

-Qué memoria que tienes. Cristián Landaeta, que trabajaba en radio Futuro en ese tiempo.
-Sí, un tipo agradable, y él fue quien nos sugirió tocar "Los momentos". Y creo que fue el mismo día del concierto, poco antes, en el hotel. Y nunca hacemos eso, ¿sabes? Siempre nos tomamos semanas para elegir si tocamos una canción. Pero simplemente lo hicimos y fue muy bien recibido. No por el modo en que la tocamos, me imagino, sino por el hecho de tocarla.

"También conocimos a un grupo de chinchineros", recuerda. "Era una familia completa. Incluso creo recordar el nombre de la familia, que era Aravena. Creo que eran de Viña, y también los invitamos al concierto. Recuerdo que giraban muy rápido con el tambor en sus espaldas. Eran un hombre y dos de sus hijos, chicos. Es fantástico poder invitar a esos músicos, y ahora también vamos a ver si conocemos a otros".

En sus conciertos en Santiago el grupo hará una retrospectiva de su carrera completa, aunque con cierto foco en sus inicios, por el reencuentro entre Visser y los otros dos integrantes originales, la violinista y arpista Sylvia Houtzager y el flautista Peter Weekers. "Él fue el primer flautista de Flairck. Toqué con él unos doce años antes de que nos separáramos, y ahora ha vuelto a unirse de nuevo. Y Sylvia volvió al mismo tiempo".

-¿Era un plan, tal vez?
-No, estas cosas se dan solas. Y éste es uno de los primeros conciertos que estamos dando. Hemos dado cuatro o cinco conciertos, pero hemos estado sobre todo ensayando —dice, a propósito de una serie de actuaciones de Año Nuevo y algunas presentaciones pequeñas en octubre y noviembre—. Pero éste es el primer gran concierto que damos.

-¿Y les llama la atención que vengan a hacerlo en Chile?
-Así es como pasa. No fue planeado. A veces nos sentimos más bienvenidos en Chile que en Holanda. Claro, tocamos en Holanda, a lo largo de un año damos más de setenta conciertos en todos los teatros, porque en Holanda hay tanta gente y hay un teatro casi en cada pueblo, es un circuito amplio y lo hacemos completo. Pero en Chile encontramos un interés distinto en la música. Además que ya he advertido a Peter que va a tener mucha atención en Chile, porque ustedes son tan buenos intérpretes de flautas, especialmente en las zampoñas.

-Va a ser una especie de prueba.
-Sí, va a tener mucho trabajo.