Un buen profesor puede ayudar a revertir los factores adversos que condicionan a los alumnos.
Álex Moreno, El MercurioSANTIAGO.- Los datos de la última Evaluación Docente, donde uno de cada tres profesores resultó mal calificado, puso otra vez de relieve la calidad de los profesores como un factor clave para mejorar la educación en el país.
Sin embargo, aunque la evidencia ha demostrado que los buenos profesores influyen positivamente en el aprendizaje y los resultados de los alumnos, en pruebas como el Simce o la PSU, las grandes diferencias aún las sigue marcando el nivel socioeconómico al que pertenecen los estudiantes.
Al respecto, el encargado de la Evaluación Docente, Rodolfo Bonifaz, explica que la calidad de los profesores si bien "es un factor clave" en el proceso educativo, no asegura éxito en las mediciones, ya que un buen profesor "no puede hacer milagros", cuando subyacen otros factores, como un nivel socioeconómico precario y baja escolaridad de los padres.
"Los resultados de aprendizaje de los niños también están influidos por un conjunto de otros factores y no sólo por el desempeño de los docentes. La condición socioeconómica de los alumnos y el nivel educacional de los padres explican en gran medida los resultados de aprendizaje", afirma.
En esa línea, explica que está comprobado que los niños utilizan más o menos palabras en su vocabulario dependiendo de su nivel socioeconómico, lo que repercute desde temprana edad en su capacidad para desarrollar el pensamiento, comprensión lectora y capacidad de argumentar, aspectos que en definitiva "tienen que ver con los procesos de aprendizaje y con el entendimiento".
"Un niño que utiliza 400 palabras para comunicarse tiene menos posibilidades de aprender que un niño que utiliza mil o dos mil palabras y eso está muy asociado a la condición socioeconómica en que se desenvuelve", señala.
Indica que "la escuela ayuda un poco a revertir esa circunstancia, pero obviamente le es más complicado revertirla cuando se está trabajando a partir de una situación más deficitaria que cuando ese niño proviene de una familia donde se lee, donde se conversa y tiene más acceso a la información".
Nivel educacional de los padres marca una diferencia esencial
Otro factor relevante, relacionado con el anterior, es el nivel de educación que alcanzaron los padres. "Si los padres cursaron la educación básica, la media o llegaron a la universidad, eso hace una diferencia esencial en los resultados de aprendizaje de los niños", señala.
Esto se debe tanto a las expectativas que tienen puestas los padres en la educación de sus hijos, como en las posibilidades reales de apoyarlos en la labor de aprendizaje. "Cuando los papás fueron hasta tercero básico y ese niño está en séptimo, sus papás no lo pueden ayudar. ¿Quién le revisa las tareas o lo ayuda a hacerlas cuando un niño no sabe?. Esas cosas también son muy importantes a la hora de determinar los resultados", sostiene.
Añade que "algo tan simple como que un padre le lea cuentos a sus hijos es bueno en todos los sectores, pero es más fácil que se dé en sectores más acomodados que en los más desposeídos, tanto por el acceso a libros como por falta de tiempo o porque el padre no sabe leer".
Sin embargo, Bonifaz afirma que pese a todo, la calidad de los docentes es crucial, ya que "la calidad del aprendizaje tiene como techo la calidad de la enseñanza" y que aun "si estuvieran todos los otros factores y no hay buenos docentes no lograrías nada".
Recuerda también que el nivel de los profesores es una variable en que las autoridades de Educación pueden intervenir directamente, a través de evaluaciones, estímulos y perfeccionamiento. "En esa variable uno puede influir, pero no se va a quedar sentado a esperar que la condición socioeconómica del país mejore", concluye Bonifaz.