Turín.- Vehículos más seguros, conectados a internet y guiados por satélite para evitar la congestión del tráfico urbano, son el reto que 5.000 expertos discuten esta semana en Turín (norte de Italia) en el VII Congreso Mundial de Sistemas Inteligentes de Transportes.
Nace así el denominado ''webcar'', el automóvil del futuro que circulará gracias a la ayuda de internet y al sistema de localización por satélite GPS, que los principales constructores, comenzando por EEUU, pretenden incorporar a los vehículos en los próximos años.
Mandos inteligentes corregirán errores y despistes del conductor, incluso durante la conducción nocturna o con lluvia o niebla, y éste, al igual que si estuviese instalado en su oficina, podrá telefonear o enviar un correo electrónico, navegar en internet o disfrutar de una película en formato DVD.
Los expertos de 50 países reunidos en Turín no creen que esto sea una utopía, sino que consideran que se trata de un futuro cercano, que ya se encuentra presente en algunos vehículos de gama alta y que pronto se ampliará a los automóviles de serie.
Europa no desea quedarse atrás en esta carrera tecnológica y ha presentado sus prototipos de vehículos ''inteligentes'' en la capital piamontesa, donde desde el pasado lunes y durante cuatro días, más de 220 expositores, -fabricantes de automóviles y firmas de electrónica y telecomunicaciones-, muestran al público los nuevos avances tecnológicos.
En el espacio expositivo de Lingotto, antigua fábrica de la Fiat, esta firma italiana presentó el Lancia NEA, dotado de los más modernos sistemas anticolisión -frontal y lateral- por radar, mandos que obedecen a la voz, conexión a internet y las más variadas aplicaciones.
El fabricante alemán BMW realizó una demostración de su sistema ''ConnectedDrive'', haciendo circular un vehículo media hora por autopista sin tener que frenar ni acelerar, gracias a la utilización de un ordenador instalado a bordo del vehículo.
Los japoneses de Toyota presentaron su sistema ''Vertis'', que pretende reducir la congestión del tráfico en un cincuenta por ciento, al igual que las emisiones contaminantes del tráfico.
''Los automóviles serán cada vez más seguros gracias a la electrónica y a las nuevas tecnologías en las comunicaciones'', según el administrador delegado de Fiat, Roberto Testore.
Insistió en que los sistemas de transporte inteligente ''no son una panacea'' pero indicó que en el plazo de diez años los automóviles tendrán dispositivos capaces de evitar los accidentes.
Testore subrayó que en el futuro este tipo de sistemas estarán tan difundidos ''como ahora el sistema de frenado ABS o el aire acondicionado'', pero recordó que debe tratarse de una tecnología ''sencilla para el usuario y a precios razonables.''
Además de reducir la congestión del tráfico y aumentar la seguridad, los expertos en transporte ''inteligente'' pretenden mantener a los viajeros informados, mejorar la accesibilidad y comodidad de los vehículos, aumentar la eficiencia de las operación de carga y flete de mercancías y reducir el impacto medioambiental.
Sin duda la principal apuesta europea en este campo, defendida en estas jornadas por la comisaria de Transportes de la UE, Loyola de Palacio, es la del sistema de navegación por satélite ''Galileo'', que con una inversión de 3.200 millones de euros -de los que 1.100 son públicos- Bruselas pretende convertir en realidad para el año 2008.
''Galileo'' es una red compuesta por 24 satélites orbitales y tres geoestacionarios, de alta precisión y fiabilidad, que pretende dar una alternativa al estadounidense GPS, y permitirá controlar el transporte aéreo, terrestre y marítimo, en particular el de mercancías peligrosas, e intervenir en caso de emergencias.
En el foro de Turín los expertos han recordado que un automovilista europeo pasa una media de 5 a 7 años en el interior de su vehículo, y que en algunas grandes aglomeraciones urbanas se circula ahora a la misma velocidad que cuando se hacía a caballo.
Por ello quieren dotar a las ciudades de semáforos inteligentes, sensibles al flujo del tráfico, con carriles flexibles reservados al transporte público controlados por un ordenador central y plazas de aparcamiento reservadas a distancia por los conductores antes de llegar al lugar de destino.
Los constructores han subrayado por su parte que el coste del equipamiento electrónico en los vehículos pasará del 26 por ciento actual al 34 por ciento dentro de tres años, en un mercado que podría superar los 2.000 millones de dólares en Europa en el año 2005.