PARIS.- En un futuro próximo, un simple análisis de sangre de las futuras madres al principio del embarazo permitirá diagnosticar las enfermedades genéticas más frecuentes en el feto. "En teoría, este método no invasivo permite realizar todos los análisis genéticos efectuados actualemente mediante amniocentesis o biopsia", declaró el miércoles la doctora Patrizia Paterlini-Bréchot, cuyos trabajos son publicados este mes por la revista The American Journal of Pathology. Precisó empero que, antes que el test pueda utilizarse normalmente, "se necesitarán todavía tres o cuatro años de ensayos, para confirmar la sensibilidad y la especificidad técnica para cada anomalía a detectar". Actualmente, el diagnóstico prenatal de anomalías genéticas requiere una amnicentesis, es decir, una extracción de líquido amniótico a través del útero, o una biopsia de tejido placentario extraído por vía vaginal, exámenes que se realizan entre la 11ª y la 18ª semana de gestación. El inconveniente es que ambos análisis plantean riesgos de aborto evaluados en casi 1%. El nuevo método se basa en la constatación de que cuando el feto es normal deja pasar a la sangre materna una célula por milímetro de sangre. En cambio, cuando hay una anomalía genética deja pasar más. Seis en caso de trisomía, por ejemplo. Por otra parte, las células sanguíneas del feto son más grandes que las de la madre. El análisis es pues un sistema de filtración de las células más voluminosas, que luego son contadas. El ADN de cada célula es analizado para establecer con certeza su origen fetal, y "como una quita parte del ADN basta para determinar el origen fetal, queda la posibilidad de realizar otros análisis genéticos de la misma célula", explicó la científica.