WELLINGTON.- Las grandes capas de hielo en el Océano Antártico podrían fragmentarse a medida que los flujos congelados que las alimentan han reducido su velocidad o han cesado y mientras el clima mundial se recalienta, advirtió un investigador en Nueva Zelanda.
El desprendimiento de la capa Larsen B en la Antártica, reportado la semana pasada, fue "una llamada de alerta para esperar más colapsos", dijo Tim Naish, investigador en jefe del gubernamental Instituto de Ciencias Geológicas y Nucleares.
Dichos desprendimientos tendrían "un efecto drástico en el clima mundial", alterando las corrientes oceánicas, añadió Naish.
El Larsen B, formado por unos 720.000 millones de toneladas de hielo, se desintegró tras 50 años de alzas constantes en las temperaturas en la Península Antártica.
Ted Scambos, del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo en la Universidad de Colorado, dijo que la desintegración de otras capas está más cerca de lo que se pensaba. Scambos es uno de los tres investigadores estadounidenses que observaron las imágenes de la capa Larsen enviadas por un satélite.
Las capas de hielo se extienden sobre el océano desde la costa.
Naish dijo que el colapso del Larsen fue una advertencia sobre la estabilidad de la mayor capa de hielo en la Antártica, la Ross, que cubre más de medio millón de kilómetros cuadrados, aproximadamente la superficie de Francia.
"Se está volviendo cada vez más vulnerable mientras los grandes torrentes de hielo que la alimentan desde la Antártica Occidental comienzan a frenarse o se han detenido", dijo Naish en una entrevista.
Agregó que incluso un colapso parcial de la capa Ross tendría un impacto mundial, ya que "afectaría drásticamente la circulación de los océanos y el clima".