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Ramírez nunca lo va a olvidar

El arquero chileno sufrió lo indecible en el estadio de River. Más allá de las responsabilidades particulares en los goles, nunca dio la sensación de seguridad al bloque posterior nacional.

30 de Marzo de 2000 | 10:30 | El Mercurio
No fue una jornada para atesorar. Al contrario, la oncena chilena
- en lo particular y colectiva- tendrá mucho tiempo en su mente su actuación en la cancha de River.

Marcelo Ramírez: Una noche terrible. Sus vuelos, tan improductivos como en Chile, terminaron por colocarlo como la víctima propicia de todos las burlas del público argentino. Falló en más de un gol, no transmitió seguridad y ratificó que, en la Roja, el titular debe ser Nelson Tapia.

Claudio Maldonado: Se sintió más cómodo en la etapa final, cuando fue de carrilero. En la primera fracción vivió demasiadas dificultades con los pelotazos a su espalda. Por si fuera poco, cuando tuvo que cerrar, el "Piojo" López le ganó más de una vez.

Pedro Reyes: Regular. Salvó a sus compañeros más de una vez. Pero quedó claro que se siente más cómodo jugando con tres en el fondo. Ahora debió hacer dupla con Margas y hubo descoordinaciones que pudieron costar más goles en contra.

Javier Margas: La corpulencia del zaguero le hace ver mejor cuando debe ir directamente sobre un delantero enemigo, más que esperando a los rivales. Por eso, cuando logró encontrar su posición en la etapa final, su juego subió considerablemente.

Pablo Contreras: Aún debe estar sufriendo. Entre los problemas de perfil, por ir en la zona izquierda, y las gambetas de Ariel Ortega, el jugador de AS Monaco vivió una pesadilla. En el segundo tiempo pasó como stopper derecho. Ratificó que ahí se siente más cómodo.

Patricio Ormazábal:Intrascendente. No apareció nunca. Ni siquiera cuando las oleadas albicelestes amenazaban con "incendiar" el rancho. Por su lado pasó el "Kily" González - en sociedad con López- y nunca le encontró la vuelta.

Clarence Acuña: Fue al sacrificio. Con dos compañeros en los costados que no le aportaron en demasía, el rancaguino debió luchar demasiado solo. Y en esas condiciones, Verón se convirtió en el amo y señor de la zona media. Un duelo en que salió perdedor.

Claudio Tello: El gol pudo convertirlo en figura. Pero no agarró el vuelo que tiene en la U. No se complementó con Contreras y eso edificó una franja bien aprovechada por Zanetti y Ortega. Para peor, cometió el penal que sepultó cualquier ilusión roja.

David Pizarro: Cuando levantó, salió de la cancha. En el primer tiempo cayó víctima del pressing local, por lo que retrocedió en demasía para agarrar el balón. En el segundo, cuando pudo avanzar, metió varios pases para los delanteros.

Iván Zamorano: Falló dos jugadas de gol cuando la cuenta iba 1-2. Los errores en el finiquito fueron fundamentales. En lo otro, aportó la garra de siempre. Pero si hubiera anotado uno...

Marcelo Salas: Apareció poco. Pero cada vez que lo hizo fue para armar un cuento importante. Fue víctima del foul que propició el tiro libre de Tello, hizo amonestar a un rival, habilitó a Zamorano con dos balones de gol.

José Luis Sierra: Ingresó faltando 20 minutos y no aportó mucho. Intentó erigirse como conductor, pero a esa altura Chile ya estaba condenado.

Mauricio Aros: Apenas tres minutos. Obviamente, no se notó.

Buenos Aires
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