Seis minutos bastaron para matar. Dos jugadas y dos de los "eternos" de Perú, Nolberto Solano y Roberto Palacios, ratificaron la superioridad que ayer fue evidente ante Paraguay.
Pero no fue más que eso. Porque el cuadro de Francisco Maturana marcó supremacía, pero estuvo lejos de brillar.
La disposición de ambos equipos fue la esperada. Los locales salieron a presionar fundamentalmente a través de sus laterales (Jorge Soto y Percy Olivares) mientras los guaraníes intentaban controlar los embates y llegar al arco rival por medio de Roberto Acuña.
El trámite se movió en el primer tiempo entre estas variantes. Muy pocas veces el libreto cambió. Todo centro de Perú - desborde mediante- buscaba a Claudio Pizarro, mientras cada ataque de Paraguay tendía a morir cuando Acuña ya no encontraba compañía y se perdía entre tanto defensa rival.
Obviamente, entonces, el peligro estuvo más cerca del arco de José Luis Chilavert que del de Oscar Ibáñez. Lo tuvo Pizarro dos veces, Palacios desvió un voleo solo frente al pórtico y ya casi sobre el final José Del Solar no supo finiquitar de cabeza. Y al otro lado, sólo un remate del "Toro" provocó la reacción apurada del golero.
Y en la segunda parte nada varió. Perú siguió atacando y el gol llegó. Multiplicado por dos.
A los 54', Solano no tuvo piedad desde los doce pasos - tras falta de Gamarra a Pizarro- y seis minutos después fue Palacios quien con un remate desde fuera del área dejó perplejo a Chilavert (tanto que el portero paraguayo falló, a los 66', cuando le tocó patear un dudoso penal sancionado por Horacio Elizondo).
De ahí en adelante, todo fue tocar y tocar para los "incas". Paraguay ya estaba resignado y en el afán de hacer menos amplia la derrota (Sergio Markarián, tardíamente, dispuso el ingreso de hombres de refresco en el mediocampo y la ofensiva), los espacios aumentaron.
Claro, Perú pudo anotar pero a la hora de celebrar la mente ya estaba puesta en otra cosa. En el partido con Chile.
