Atlético Tucumán utilizó la camiseta de la Selección de Argentina en el duelo de la Copa Libertadores.
AP
SANTIAGO.- La insólita historia entre El Nacional y Atlético Tucumán, por la tercera fase de la Copa Libertadores, no dejó indiferente a nadie. El conjunto argentino viajó a Quito, Ecuador, a disputar el partido de vuelta, pero, por retrasos del vuelo y cambios de último minuto en la aerolínea chilena, llegaron casi una hora después al horario pactado y, para peor, sin la indumentaria oficial.
Para suerte de los tucumanos, la Sub 20 de Argentina, que está disputando el Sudamericano, prestó sus uniformes. Así, vistiendo la camiseta albiceleste, el "Decano" ganó el partido y pasó a la tercera ronda previa del certamen continental.
Pero este no es un hecho aislado, y ha pasado más de alguna vez en el fútbol:
Este es un caso de amor entre una hinchada y su club. En 1994 Chacarita recibía en su estadio a Almagro y se olvidaron de un detalle importante: tenían los mismo colores en sus camisetas y ninguno trajo la alternativa. Fue ahí cuando, tras varios minutos de incertidumbre, los altos parlantes pedían a la afición su colaboración para arreglar el problema. La fanáticos no dudaron y se arrimaron al campo de juego y prestaron sus camisetas con orgullo.
Inaudito. Universitario de Sucre jugaba de visitante contra Oriente Petrolero y ambos tenían los mismos colores para entrar al campo de juego. El árbitro obligó a que la visita se consiguiera otro equipamiento y, luego de varios minutos de una reunión entre los directivos, fueron a comprar camisetas a la tienda de ropa más cercana y llegaron con una replicas rojas del Stuttgart de Alemania; como éstas no tenían números en la espalda, con un lápiz se los pintaron.
Estos bochornos también han ocurrido en la cita más importante del fútbol. En la Copa del Mundo de 1978, en Argentina, se enfrentaban en Mar del Plata Francia y Hungría. Ambas escuadras se presentaron con sus camisetas alternativas, que tenían colores similares. Había que buscar una solución rápida, y ésta fue pedir prestados los uniformes al club de la ciudad: Atlético Kimberley llegó en auxilio para lo galos y al final fue el mejor amuleto de los franceses, que vencieron 3-1 a su rival.
Copa Mercosur de 1998. En Asunción, Olimpia recibía a Vélez Sarfield. Históricamente ambos juegan de blanco, y el cuadro argentino no llevó su camiseta alternativa. El conjunto paraguayo, como dueño de casa, se negó a cambiar de indumentaria, pero nadie pensó lo que pasaría al final: José Luis Chilavert, emblema y aquero del cuadro trasandino, se le ocurrió la idea de facilitarles a sus compañeros la remera de Cerro Porteño, histórico archirrival de los locales. Los jueces aceptaron la propuesta y la iniciativa resultó fue mufa: Olimpia derrotó a Vélez por 2-1.
Racing de Santander visitaba al Betis. Se enfrentaban por un duelo de la Liga Española el 2008. Pero el árbitro se negó a dar inicio al puntapié inicial porque los colores de las indumentarias eran similares. El local, finalmente, le prestó a su rival su tercera remera oficial.