SANTIAGO.- En varios partidos de este torneo y también durante esta semana el técnico de Universidad Católica, Mario Salas, fue claro en señalar que "estoy muy tranquilo, pues confío en que el equipo va a mejorar su nivel de juego". Sin embargo, esa tranquilidad, claramente, quedó para el olvido ayer en el estadio Monumental.
Si bien el fuerte y emotivo abrazo entre el DT de la UC y su colega de Colo Colo, Pablo Guede, a minutos del arranque de la brega daba para pensar que sería una tarde normal para los entrenadores, poco y nada de eso hubo en Macul.
El tempranero gol de Esteban Paredes, a los 4 minutos del lance, literalmente, transformó a Salas. De la tranquilidad que tenía al comienzo del partido pasó a un estado de descontrol total.
El DT de los universitarios se movía de un lado a otro, luego caminaba rápido hacia la banca y se sentaba por menos de un minuto. De ahí, volvía a estar al borde del campo, donde lanzaba duros retos a sus dirigidos, sobre todo a Fernando Cordero y Enzo Kalinski.
Pasaban los minutos y cada vez su molestia era mayor, la que a ratos la hacía sentir contra el árbitro, Carlos Ulloa. Al DT lo remecían algunos cobros que él consideraba errados. Sus gestos delataban la rabia.
Sin explicación
Minuto 27 y Esteban Paredes que pierde una clara ocasión para aumentar el marcador. Salas miraba el término de la acción y de inmediato le gritaba a su ayudante de campo, Leonardo Zamora, como una forma de encontrar alguna explicación por lo mal que jugaba su equipo. Explicación que no llegó…
Termina el primer tiempo y Salas se va raudo hacia el sector de camarines. En el trayecto se le ve discutiendo con personal de seguridad, discusión que continuó camino al vestuario.
Y fue por más. En ese lugar se enfrascó en una dura conversación con Esteban Paredes y luego con el cuarto árbitro, Patricio Polic. Pero el hecho no quedó ahí.
Cuando las pulsaciones de Salas estaban por las nubes, se acercó Guede hacia la reja que divide ambos camarines para tratar de calmarlo. El entrenador de Colo Colo intentó tranquilizar a su amigo, pero no recibió la respuesta que esperaba, pues el estratego de la UC estaba completamente descontrolado y en vez de recibir bien las palabras de su colega albo, terminó encarándolo.
De todo esto fue informado el árbitro del lance, quien decidió expulsar a Salas y en su lugar quedó Zamora dirigiendo en la segunda etapa.
Pasada las 20:00 horas, Salas abandonó el camarín número 4 del Monumental arrastrando una maleta y sin emitir una sola palabra. Ni siquiera habló con la prensa, porque estaba expulsado. Su rostro abatido lo decía todo. Caminó sereno, mirada al frente, se subió al bus y se sentó. Quizás pensando en el duro momento que hoy le toca vivir y que hace casi tres meses atarás estaba celebrando un inédito bicampeoanto con la UC.
