Algarabía total en el equipo de Paulo Díaz luego del emocionante paso a la segunda ronda.
EFE
SANTIAGO.- Hace poco más de un mes atrás, San Lorenzo estaba virtualmente eliminado en el Grupo 4 de la Copa Libertadores, tras un pésimo arranque con dos derrotas consecutivas en el torneo continental.
Y hoy en la infartante definición en la última jornada de la zona, donde también Universidad Católica buscaba su chance jugando simultáneamente ante Atlético Paranaense, los argentinos estaban diciendo adiós al torneo con una derrota como local ante Flamengo.
Terminado los primeros lapsos de ambos compromisos, el equipo dirigido por Diego Aguirre estaba quedándose fuera por la caída transitoria que sufría ante el cuadro carioca, y también por el triunfo parcial de los cruzados sobre Paranaense en San Carlos.
El "Grupo de la muerte" parecía ponerle la lápida a los trasandinos. Pero con una heroica e increíble remontada, San Lorenzo logró lo que parecía imposible: Clasificar a los octavos de final.
En el mismo minuto que Católica sufría con el empate de Paranaense (75') y que lo dejaba fuera del torneo, el conjunto de Boedo logró igualar el marcador con un tanto del defensa Marcos Angeleri.
Se abría la ilusión para los cuervos, quienes iban siendo informados de lo que acontecía en Chile. Fue así como se fueron con todo en busca del gol que les diera una casi impensada clasificación.
Y de tanto insistir, finalmente tuvo su premio: En el segundo minuto de tiempo adicionado y cuando ya había resignación en Bajo Flores, apareció Fernando Belluschi para batir al portero Alex Muralha y desatar el carnaval.
De manera increíble, los argentinos lograron la hazaña e incluso clasificaron como primeros del Grupo con las mismas 10 unidades de Paranaense, pero con mejor diferencia de gol que el cuadro de Curitiba.
