Johnny Hererra celebró junto a su pequeño hijo Bruno en la cancha del Nacional la obtención de la estrella número 18 de Universidad de Chile.
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SANTIAGO.- El reloj marcaba las 16:56 horas de este sábado 20 de mayo, cuando el árbitro Eduardo Gamboa dio el pitazo final del partido entre Universidad de Chile ante San Luis, en un Estadio Nacional con más de 45 mil espectadores.
La U tocaba el cielo luego de conquistar su título 18 tras una infartante lucha hasta el final del Torneo de Clausura con Colo Colo.
Los jugadores del cuadro azul corrían de una lado para otro, la felicidad era total. La alegría estaba desbordada en la cancha del recinto de Ñuñoa. Muchos se abrazaban, otros se tiraban al suelo llorando, mientras unos pocos se despedían de sus rivales.
Después de cerca de 15 minutos del término del encuentro, los familiares de los dirigidos por el técnico Ángel Guillermo Hoyos comenzaron a repletar el campo de juego.
Uno de los más emocionados fue el meta y capitán, Johnny Herrera, quien recibió a su pequeño hijo en los brazos y no lo soltó más.
Lo besaba, lo alzaba hacia el cielo y se fotografiaba junto a unos hinchas. Luego, al momento de dar la vuelta olímpica Herrera, junto al pequeño Bruno, caminó por toda la pista atlética del Nacional, donde miles de hinchas lo ovacionaban.
Otro que festejó junto a su hijo fue el goleador y una de las grandes figuras del cuadro universitario, Felipe Mora. El ex Audax Italiano, quien con evidente molestia física no podía caminar de forma normal, se fue al arco donde se ubica la barra "Los de Abajo" y junto a su hijo levantó los brazos y agradeció a los miles de seguidores del elenco laico, quienes coreaban a viva voz su apellido.
Tras dar la vuelta olímpica, el plantel azul se trasladó hacia el camarín 1 del coliseo deportivo para seguir con los festejos.
Como era de esperar, muchos jugadores se fotografiaron con la copa del certamen, también no pocos se lanzaban un "baño" de champagne. Felicidad y emoción por todos lados "pues a varios se les caían sus lágrimas", cuenta un integrante del elenco campeón.
Pero también en la celebración en el vestuario no podían faltar los cánticos con dedicatoria al archirrival, Colo Colo: "El indio está muerto…", entre lo más suave que entonaron los jugadores. Además, varios aprovecharon el momento para inmortalizarlo con una fotografía, la que era enviada a los familiares, quienes esperaban afuera del camarín.
Finalmente, pasadas las 18:00 horas comenzaron a retirarse del estadio los pupilos de Hoyos, para luego seguir los festejos en un hotel del sector oriente de la capital. La 18ª corona ya es historia para la U…
