LA SERENA.- Fueron 90 minutos intensos. De principio a fin. Es que Pablo Guede no sólo estaba pendiente de lo que pasaba con Colo Colo en La Serena, también de lo que ocurría con la U en el Nacional.
Si bien el foco principal del técnico argentino era lo acontecido en el estadio La Portada, el triunfo de Colo Colo sobre Cobresal lo obligaba a saber qué sucedía con el archirrival.
La primera vez que el entrenador trasandino preguntó por el partido de los azules fue cuando el Cacique vencía 1-0 a Cobresal. A esa altura la U empataba, por lo que los albos eran campeones.
"Hey, hey, cómo van allá", le gritó Guede a la gente del Canal del Fútbol que estaba al costado de la banca de su equipo. El saber que el cuadro laico no ganaba provocó una sonrisa en su rostro.
A medida que pasaban los minutos Guede vivía un partido aparte. Gritaba constantemente a sus jugadores y se tomaba la cabeza cada vez que sus pupilos se perdían goles, lo que a esa altura era una farra.
Se movía de un lado a otro, se hincaba, de paraba, iba a la banca a hablar con sus colaboradores, regresaba a la orilla de la cancha, tomaba agua y se volvía a hincar.
El nerviosismo se apoderaba del argentino cuando volvió a preguntar por la U. Esta vez el rostro no fue de satisfacción. Los azules ya ganaban y el Cacique empata. El título se le escapaba.
En esos momentos la desesperación se apoderó del DT. Comenzó a pedirle insistentemente a sus jugadores que salieron del fondo, que presionaran al rival. Ninguno se salvaba, menos cuando no le obedecían.
Fueron varias las veces en que Guede se molestó porque sus dirigidos no le hacían caso y le daban el balón a Cobresal. Incluso, hubo varios retos para hombres como Fernando Meza, Jaime Valdés y Ramón Fernández.
Pasaban los minutos y Guede volvía a preguntar cómo iba la U. El escenario no cambiaba. A esa altura Colo Colo otra vez vencía a Cobresal, pero no le alcanzaba.
El entrenador argentino ya parecía resignado. Seguía alentando a sus futbolistas, pidiéndoles que cerraran el encuentro y que salieran del fondo. Los retos no cesaban, esta vez Gonzales era el recriminado por no perseguir a un rival tras perder el balón.
Ya se jugaban los últimos minutos en La Portada, Guede nuevamente preguntaba qué pasaba en el Nacional y nada cambiaba. Miraba a los hinchas y entendía que el título ya se le iba de las manos.
Pitazo final. Colo Colo ganaba, pero la U también. La corona era para los azules y el argentino se iba raudo a camarines entre aplausos y más de una recriminación.
La historia ya esta cerrada. Los azules eran los nuevos campeones del fútbol chileno.
