Vidal no se contuvo y alegó con todo.
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KAZÁN.- Costó, pero salió. Chile se metió en la final de la Copa Confederaciones. Pero lograr el boleto al partido más importante no fue nada fácil.
Y si bien la "Roja" logró el pase en los penales, bien el partido ante Portugal se pudo definir en la agonía, en los minutos finales el alargue.
Es que antes de que el balón diera dos veces en el palo, hubo jugada que pudo cambiar la historia del encuentro.
Francisco Silva, que recién había ingresado, caía en el área luego de ser derribado por el defensa luso. Para el juez no hubo falta, sin embargo, la polémica se instaló de inmediato.
Por las pantallas del Kazán Arena la imagen se repitió y los jugadores de la "Roja" vieron que sí había existido falta. Claramente se fueron con todo encima del juez.
Vidal y Sánchez le pedían desesperadamente que aplicara la video asistencia, pero el referí iraní hacía caso omiso. Fueron segundos de incertidumbre.
Si bien el árbitro miró a su asistente y se puso la mano en el oído demostrando que escuchaba a sus colaboradores, nada cambió.
Díaz se sumó a los incesantes reclamos de Vidal y Sánchez, mientras a un costado de la cancha Medel y Jara se quejaban con el línea.
La estrella del Arsenal movía sus manos hacia todos lados señalando la video asistencia, mientras la figura del Bayern se tomaba la cabeza al no creer que el colegiado ni siquiera consideraba los reclamos.
Y al borde, Juan Antonio Pizzi hacía lo mismo. El técnico se iba encima del cuarto árbitro junto a sus colaboradores. El DT no lo podía creer y pedía que revisaran las cámaras.
Ante la advertencia de una expulsión, "Macanudo" se calmó y también le pidió a su staff que bajara las revoluciones.
En la cancha la jugada ya era historia, mientras en las pantallas nuevamente se repetía lo que había sido evidente para todos menos para el juez: Era penal contra Francisco Silva.