SANTIAGO.- "Pareeedeees, Pareeedeees, Pareeedeeees". La hinchada de Colo Colo no daba más. El delantero volvió a consagrar su relación con los fanáticos albos.
Era que no, si el "Tanque" fue el genio y figura en la edición 182 del Superclásico disputado en el estadio Monumental.
Uno, dos y tres goles. El que más gritó en la charla previa, el que dejó en ridículo a Christian Vílches y al que aún le quedaban fuerzas para liderar los festejos.
Con el pitazo final de Roberto Tobar reunió a todos sus compañeros. Saludó a Pablo Guede y esperó que estuviera el plantel completo. Nadie se podía ir a camarines. Era mandato del capitán.
Conseguido su objetivo fue el primero en correr detrás del arco para ir a celebrar la victoria con la Garra Blanca.
Se subió a la reja, saltó, gritó y contagió a todos. Era su día. Y eso que estuvo en duda toda la semana por lesión.
"Esteban está como el vino. Es un cosecha reserva", celebraba Aníbal Mosa.