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La mirada de Juvenal: Pablo Guede le pegó un derechazo táctico a Hoyos al puro estilo Mayweather

El juego ofrecido por la Universidad de Chile fue inconexo entre sus bloques y ambiguo en su intención, pues no atacó bien y se defendió muy mal.

28 de Agosto de 2017 | 22:36 | Emol
Por Juvenal OlmosComentarista y ex entrenador de la selección chilena
El 4 x 1 de Colo Colo sobre la U en el Superclásico de ayer en el Monumental no sólo te deja los 3 puntos en casa, sino que nos acorrala en el análisis respecto de la propuesta y plan de juego del equipo de Hoyos. El conjunto azul se vio superado en casi todos los aspectos de observación y no tuvo respuestas desde la cancha ni tampoco desde la banca.

Colo Colo fue superior de inicio a fin. Incluso en los momentos en que le arrebataron la pelota y tuvo que reagruparse cerca del arco de Orion, dio la sensación de tener siempre controlado el partido. El equipo jugó de manera muy compacta, mientras Felipe Campos y Gabriel Suazo hicieron al equipo angosto, Julio Barroso y Esteban Paredes lo hicieron corto.

El cuadro albo se expresó dentro de la cancha como un equipo con calle, cuneta y esquina, demostrando desde el inicio la necesidad de mandar sobre la pelota, de hacerse del control del partido y de dar vida a la pizarra de su entrenador. Guede le metió un derechazo táctico a Hoyos, al más puro estilo de Floyd Mayweather.

¿Cómo se explica esto? Sobre el Ring o dentro de una cancha, ganando o perdiendo, deben quedar claras las intenciones y las estrategias. La primera muchas veces se disfraza en los discursos y en las conferencias, pero la segunda es imposible de esconder, pues tiene que ver con el sello futbolístico, en cómo un equipo se expresa en el terreno.

En ese apartado el juego ofrecido por la Universidad de Chile fue inconexo entre sus bloques y ambiguo en su intención, pues no atacó bien y se defendió muy mal, con una respuesta desde lo emocional muy desordenada y descoordinada entre sus piezas. El equipo azul jamás se reveló ni jaqueó el juego al cual lo llevó Colo Colo, quien lo ubicó en un escenario adverso desde el inicio.

Puede que el técnico Pablo Guede no tenga las habilidades blandas que posee Guillermo Hoyos para declarar en una entrevista o para entregar respuestas sobre el monitoreo de su proyecto albo, pero sus habilidades se encuentran relacionadas con la preparación del equipo para este tipo de encuentros, donde su estrategia de juego claramente logró superar y anticipar a las de su contrario.

El cuadro de Macul logró conjugar una marca de anticipo constante en las distintas zonas de salida o de inicio de la jugada de Universidad de Chile. Así cortó el nacimiento del fútbol azul y obligándolo a dividir la pelota por medio del pelotazo largo y aéreo desde el fondo. Ahí estuvo parte de la clave para el triunfo de Colo Colo.

El Cacique asfixió contra el arco de Herrera y a la defensa azul y además encontró en la presión alta alternada su recompensa en los goles. El compromiso en defensa fue total, así se pudo observar en duelos impensados, pero desarrollados de manera impecable por los albos. Valdivia pantalleó la salida de Reyes, Valdés se aburrió de interceptar la subida de Lorenzetti y Paredes hizo lo propio con Jara o Vilches, según demandara la jugada.

Además, otro dato a destacar. Colo Colo amplificó su nutrido arsenal de juego, pues dentro de lo que ofreció a los 40.000 espectadores presentes en el Monumental, agregó su majestad el contragolpe y donde el protagonista principal fue el incombustible Esteban Paredes, quien para el cuarto gol, cuando el partido terminaba -al igual que un velocista veinteañero- corrió 60 metros con la pelota pegada al zapato y con Vilches tratando de alcanzarlo.

Al, el goleador final definió con una zurda potente venciendo el arco de Herrera, haciendo explotar de alegría a todos los albos y de pasadita provocó un apretar de puños de Juan Antonio Pizzi. Este Tanque se encuentra intacto.

Colo Colo fue un equipo de respuestas en directo y desde la cancha, modificó y dio soluciones desde la supremacía territorial y esto generalmente se encuentra en los equipos cuyos caudillos futbolísticos logran imponer sus términos y condiciones.

El puñetazo táctico de Guede a Hoyos fue irrefutable.