EMOLTV

El central uruguayo que se retiró dos veces del fútbol y que hoy triunfa en el encumbrado Audax Italiano

Desechado por dos equipos, llegó a trabajar en una pesquera con su padre. Hoy en el Bicentenario de La Florida, Manuel Fernández tendrá la difícil misión de frenar a Esteban Paredes.

21 de Octubre de 2017 | 09:16 | Matías Harz, Emol
imagen

Manuel Fernández con la camiseta de Audax Italiano.

Photosport
SANTIAGO.- En Montevideo, capital de Uruguay, Manuel Fernández a sus 19 años ya se había retirado una vez del fútbol. Después de volver de España, donde estaba a prueba en el Real Valladolid, el Club Deportivo Cerro de la primera división de su país le había prometido contrato, pero éste se desvaneció pronto.

"Desilusionado con el fútbol", como cuenta que estaba después de ese episodio, decidió entrar a trabajar con su padre en el puerto de la ciudad. Al no ser muy apegado a los estudios, "Toto", como lo llaman sus cercanos, prefirió ganar dinero en una descarga pesquera.

Así se mantuvo por medio año, levantándose a las seis de la mañana y sin entrenar. Ya con 20, sorpresivamente Peñarol, el cuadro más reconocido de su nación y pentacampeón de la Copa Libertadores, lo llamó para que se fuera con ellos. "Creía que no tenía sentido ir, si antes me había rechazado un equipo inferior", comenta.

Aunque su pensamiento fuera negativo, su familia lo convenció para aceptar la oferta. Fue, estuvo cerca de tres meses, lo subieron al primer equipo y nuevamente le llegó un balde de agua fría: A pesar de que estaba prácticamente con un pie y medio dentro del plantel, el contrato nunca llegó.

Cuando ya estaba decidido a no seguir más en esto por haber "perdido el amor por el fútbol", él asegura que "le cayó desde el cielo la oportunidad de su vida". El Racing Club, de primera división de Uruguay lo contrató después de verlo entrenar un par de veces. Estuvo al borde de llorar de emoción, recuerda.

"Estaba decidido a no seguir más en esto por haber “perdido el amor por el fútbol"

Manuel Fernández


Ahí recibía el sueldo mínimo que tienen los jugadores en ese país, que equivale aproximadamente a 500 mil pesos chilenos. Al principio, para él ese dinero bastaba, pero su novia Karen Arébalo quedó embarazada de su hijo Kevin, por lo que necesitaba percibir ingresos por otra parte.

Durante los tres años que estuvo en ese cuadro, desde 2011 a 2014, Fernández, a espaldas de los dirigentes y entrenador, se levantaba a las 5 de la mañana para ir a trabajar con su papá y luego a las 8 debía estar en la cancha. "Era la única forma que tenía de juntar más dinero. Si desde la dirigencia se enteraban me podrían haber cortado", señala.



El último año en la escuadra uruguaya, el central revela que "lo pasó muy mal", porque muchas veces no recibió su sueldo por problemas financieros del club y los tres meses finales confiesa que simplemente no le pagaron. "Mi señora me decía que los demandara, pero no podía, me sentía muy agradecido por la chance de resurgir", revela.

Al mes, un amigo lo recomendó para irse a Chile. Deportes Concepción, que en ese minuto estaba en la Primera B del fútbol nacional, lo llamó para irse inmediatamente a la octava región y empezar cuanto antes a jugar por ellos. "Cuando llegué no lo podía creer, me sentía entrando al estadio del Real Madrid", dice cuando vio el Ester Roa, complejo donde hacía de local el "León" de Collao.

Esa fue de las cosas que más lo sorprendió de su nuevo ambiente. "En mi país se jugaba casi que en canchas de tierra y acá la diferencia fue abismal, la infraestructura es buenísima", relata con una sonrisa en el rostro.

Concepción a medias


El primer año fue de ensueño para el defensa. Jugó casi todos los encuentros, hizo goles y estuvieron cerca de ascender. El segundo, fue todo lo contrario. "El club entró en crisis económica, no teníamos ni siquiera ropa para entrenar".

Los últimos cuatro meses, a partir de abril de 2016, el plantel no recibió sus remuneraciones. Llegó a tal punto la crisis, que a pesar de que habían clasificado a la liguilla para pelear el ascenso, la ANFP no los dejó participar y desafilió al club.

"Era todo un caos. Tuve que vender mi Peugeot 206 para poder mantenerme. Estaba en bolas", confiesa.

Unos días después, Juan José Rivera, ex jugador, entrenador y amigo de Fernández, lo llamó desde Coquimbo para que se pusiera a su mando. "No tenía nada, así que no lo dudé", cuenta. En el cuadro pirata estuvo por una temporada, pero antes de renovar con el club, en julio de 2017, llegó el momento que había esperado desde que llegó a Chile: jugar en primera.

"Era todo un caos. Tuve que vender mi Peugeot 206 para poder mantenerme. Estaba en bolas"

Manuel Fernández


Audax Italiano, dirigido por Hugo Vilches, requirió de sus servicios. A sus 28 años, llegó a La Florida con un contrato que le permitió no tener que conseguir un segundo trabajo. Ahí, desde la tercera fecha hasta la novena, ha sido titular en todos los partidos.

El equipo itálico marcha en la tercera posición del Torneo de Transición con 17 puntos, uno menos que los líderes Colo Colo y Unión Española. Llevan una racha de tres duelos ganados de manera consecutiva y tienen al goleador del certamen. Están en su mejor momento.

Este sábado 21, buscarán conseguir el cuarto triunfo en fila, pero no será fácil: El elenco albo será su rival en la décima jornada que se ve como trascendental de cara al futuro en el campeonato. Fernández tendrá una de sus más difíciles misiones: frenar a Esteban Paredes, el goleador del Cacique y seleccionado chileno.

Al ser consultado por si sueña ganar el título y jugar una copa internacional el próximo año, él es muy cauto: "Por todo lo que he pasado, me gusta ir partido a partido y no pensar en el mañana".
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?