Hace cuatro años recibió la nacionalidad.
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.- Pocos chilenos pueden decir que existe una ley con su nombre. Menos aún son los que se jactan que es por sus méritos. Y más ínfimo es el número si esto es por éxitos deportivos.
Todos esos honores tiene Yutaka Matsubara, el tenimesista chileno-japonés de 20 años, quien tras una ardua lucha suya, de su familia y las autoridades deportivas, consiguió el 7 de octubre del 2014 que el Senado le concediera la nacionalidad por gracia.
Desde ese día es la Ley 20.888, pero conocida por todos como "Ley Matsubara".Dentro de sus puntos más importantes la iniciativa legal "premia" a deportistas extranjeros que hayan tenido logros en sus disciplinas y que quieran conseguir una identificación como chileno. Y el especialista en tenis de mesa sí que los tenía. En ese entonces estaba entre los 300 mejores jugadores del mundo, 29° a nivel sudamericano y 1° a nivel nacional juvenil. Toda una promesa.
Pasó el tiempo y poco más se supo de él.
Hoy, a menos de cuatro años de conseguir la nacionalidad, el hijo de japoneses, que nació en Brasil, está radicado en Tokio. Allá se fue el 2016 a estudiar. Lo hace tras ganarse una beca debido a sus méritos deportivos y sus buenas notas en el colegio.
07/10/2014 Se aprueba su nacionalidad
La carrera que sigue es Liberal Arts, una especie de Bachillerato en ciencias sociales. Y no en cualquier Universidad, sino que en la Waseda University, "una de las 10 mejores del mundo, la mejor privada de Japón, y que me permite seguir dedicado a mi deporte", cuenta en conversación con
Emol.Cumple su sueño
El mismo Matsubara cuenta que toda su vida soñó con vivir en Japón. "No sabía cómo sería. Pero se dio lo de la beca y lo mejor es que me pagan todos los estudios, la alimentación y hospedaje. Y lo mejor, que entreno en el mismo recinto y con varios de los mejores del mundo. No puedo pedir más".
El idioma para él no fue problema. En Chile estudió en un colegio hasta sexto básico sólo para niños japoneses. Además, allá tomó cursos de inglés y también sabe portugués.
Eso sí, no esconde que echa de menos Chile. En Tokio está solo, sus padres están acá "y no tengo todo el contacto que quisiera por la diferencia horaria.
Extraño a mi familia y mucho la comida. Sobre todo las empanadas y la carne", cuenta.
Su importancia en la Ley y sus deseos de volver a Chile
Matsubara es consciente que él fue uno de los grandes impulsores para que otros deportistas extranjeros compitan como chilenos.
Recuerda que el camino suyo fue difícil, que tuvo que golpear muchas puertas para ser reconocido como chileno. "Pasé por muchos momentos malos. Me sentía mal por no poder representar a Chile.
Ganaba todos los torneos nacionales, pero en los internacionales no podía estar. Por eso estoy feliz que ahora haya personas que aman al país, que tienen un nivel muy alto y que aparezcan con la bandera chilena".
¿Siente que ha retribuido a la confianza de las autoridades? "Sí. Pese a que hoy estoy en Japón ya gané una medalla de bronce en un Iberoamericano defendiendo a Chile. Además, uno de los plus de venir acá es perfeccionarme y llegar aún mejor para representar al país. Quiero estar entre los mejores".
Y ese "perfeccionamiento" quiere demostrarlo a fin de año. "Iré a Chile para participar en los torneos selectivos. Ojalá se dé la oportunidad de defender al país en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Acá no sería problema. La U me permite viajar las veces que desee y después me descuentan los días y recupero las clases".
Uno de sus objetivos es ayudar a subir el nivel de la competencia.
"Cuando estaba allá (en Chile), el nivel venía muy bajo cayendo cada vez más a nivel Sudamericano. Por eso me motivó venir a Japón y mejorar para llegar a ser aporte. Hoy está el joven Nicolás Burgos (15 años) a quien conozco, he jugado contra él pero cuando era muy chico. Sé que es bueno, no sé si yo le gane, pero el problema es que tanto él como yo somos las únicas cartas que veo para triunfar en este deporte".
Yutaka se despide. Debe volver a su rutina diaria en Japón. Esa que parte a las 9 de la mañana con clases, que sigue en la tarde con sus entrenamientos y en las que también aprovecha de compartir con su novia, quien también es japonesa con descendencia brasileña.
