Daniel Angelici, presidente de Boca, manifestó su intención de no jugar a final.
EFE
SANTIAGO.- Pese a que el Tribunal de Disciplina de la Conmebol dio su visto bueno, la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors -que ahora se realizará el 9 de diciembre en el Santiago Bernabéu- aún corre riesgo de no jugarse.
El conjunto xeneize manifestó su rechazo a la decisión del organismo y comunicó que apelará al fallo,
exigiendo que le den los puntos para ganar el torneo "en el escritorio".
Boca asegura que la determinación de la Conmebol es "contraria a los reglamentos y precedentes jurisprudenciales", por lo que "no cabe otra sanción que la solicitada en nuestras prestaciones". Es decir, que le otorguen la Copa.
¿En qué se basa el reclamo? El cuadro "Azul y Oro" se aferra al Artículo 8 del reglamento del ente que rige el fútbol sudamericano, en específico los incisos 1 y 2, además de los artículo 13 y 18 del Reglamento Disciplinario de Conmebol.
Todos estos párrafos hacen alusión a la obligación de suspender partidos producto de incidentes, y entre sus castigos contemplan la
"deducción de puntos" y la "determinación del resultado de un partido", entre otros.
A Boca le restan sólo dos instancias para revertir la situación. Primero, tiene siete días contados desde este jueves para presentar su reclamo en la Cámara de Apelaciones de la Conmebol. Ahí podría producirse una nueva batalla judicial entre ambos elencos argentinos.
Y si el organismo vuelve a rechazar la demanda de los xeneizes, el club aseguró que recurrirá al Tribunal Arbitral del Deporte (TAS, por sus siglas en inglés), en la que es su última chance de ganar la Libertadores fuera de la cancha.
