Muchos científicos creen que los Juegos Olímpicos con espectadores no pueden suceder hasta que se desarrolle una vacuna. Probablemente para ello falten entre 12 y 18 meses —dicen los expertos— y luego habrá preguntas sobre la eficacia, la distribución y quién lo recibe primero.
Kentaro Iwata, un profesor japonés de enfermedades infecciosas, dijo la semana pasada: "Soy muy pesimista acerca de la celebración de los Juegos Olímpicos el próximo verano a menos que tengan (...) una estructura totalmente diferente, como sin audiencia o una participación muy limitada".
Yoshitake Yokokura, presidente de la Asociación Médica de Japón, llegó a la misma conclusión en una entrevista reciente. Para él, una olimpiada en lugares vacíos parece ser más probable. Los fanáticos hambrientos de alguna acción podrían haberse acostumbrado a esta configuración para cuando lleguen los Juegos Olímpicos.
AFPEn tres palabras: los contribuyentes japoneses. Y es que los organizadores de ese país y el COI no se han aventurado en hacer un cálculo públicamente, sólo indican estar “evaluando” los costos adicionales. Algunas de las estimaciones oscilan entre US$2 mil millones y US$ 6 mil millones. En base a los términos del Contrato de Ciudad Anfitriona, Japón está sujeto a pagar la mayoría de las facturas. Lo que, si se demora, puede costarle “varios cientos de millones de dólares” según el COI. Este dinero se destinaría a las federaciones internacionales y los comités olímpicos nacionales, informa el miembro del Comité que supervisa los preparativos, John Coates.
Y las facturas siguen acumulándose. Japón originalmente dijo que los Juegos Olímpicos costarían US$$7.3 mil millones. Oficialmente, el presupuesto ahora es de US$ 12.6 mil millones, aunque una junta de auditoría nacional dice que es el doble. De ello, todo menos US$ 5.6 mil millones son dinero público, a los que se sumarían los costo de la demora.
Mientras tanto, los organizadores de Tokio han estado molestos la semana pasada con el COI. En su sitio web, el primer ministro Shinzo Abe dijo que Japón se haría cargo de los costos adicionales. El Comité eliminó la publicación.
No se ha hablado mucho sobre esto. El CEO Toshiro Muto dijo que llevará tiempo determinar si se podrán usar o no estos lugares. Los propietarios de estos espacios estarán bajo una tremenda presión para cooperar para que se pueda mantener el calendario original de la competencia. Es probable, por ejemplo, que Big Sight de Tokio siga siendo destinado para la prensa. Muto dijo que este centro de convenciones se configuró para los Juegos Olímpicos y dio a entender que probablemente seguiría siendo así.

Por una parte los organizadores han dicho que intentarán honrar los boletos ya comprados. Por otra, las autoridades, informan que todavía hay un total de 7.8 millones tickets disponibles.
Los organizadores presupuestaron US$800 millones en ingresos por la venta de boletos, y una demanda sin precedentes lo ha llevado a mil millones. Eso es aproximadamente el 15% de los US$ 5.6 mil millones del presupuesto operativo financiado con fondos privados. Este ingreso no se puede sacrificar con las facturas acumuladas. Lo mismo es cierto para los US$ 3.3 mil millones vendidos en patrocinios locales.
Los problemas surgirán si los titulares de boletos no pueden asistir y desean reembolsos. No obstante, estas entradas llevan una cláusula de "fuerza mayor", que podría liberar a los organizadores de la obligación de proporcionar reembolsos, pero no está claro que el covid-19 sea una justificación.
Un 91% de los ingresos del COI provienen de esas dos fuentes, siendo las emisoras las que se llevan la mayor parte: un 73% en específico.
El Presidente del Comité dijo que no hay problemas de “flujo de caja” y, según los informes, el COI tiene un fondo de reserva de alrededor de mil millones de dólares. El problema es que organiza solo dos eventos cada cuatro años, casi la fuente completa de sus ingresos de $5.7 mil millones en un ciclo de cuatro años. No es como una liga de fútbol o béisbol con miles de partidos, se necesitan los Juegos Olímpicos de verano.

A principios de mes fue retirada de la exhibición pública en Fukushima, prefectura ubicada a 250 kilómetros al noreste de la capital japonesa. Muto dijo que se canceló su relevo y quedó bajo la administración de Tokio 2020, pero queda abierta la posibilidad en el futuro.
Hay sospechas de que el COI esté pensando en encender la llama en una gira mundial, con la esperanza de usarlo como una herramienta de relaciones públicas y un símbolo de la batalla contra el virus. Sin embargo, cualquier recorrido sería imposible hasta que se eliminen las restricciones de viaje.