Universidad Católica por primera vez es tricampeón del fútbol chileno. El equipo dirigido por Ariel Holan dominó de principio a fin el torneo. No soltó la punta ni siquiera cuando perdió la chispa por el desgaste de los partidos de Copa Sudamericana.
El entrenador argentino llegó para el torneo de 2020 luego de la salida de Gustavo Quinteros. No aseguró su continuidad en el club precordillerano. Dejó entrever que quiere refuerzos para pelear en dos frentes.
"Nosotros tenemos que tener una charla y ver cómo se puede ajustar eso. Acá es importante el proyecto del club que contiene a todos estos juveniles. Para jugar copa y campeonato… Se fue Benja (Kuscevic), se lastimó (Germán) Lanaro y el refuerzo (Juan Fuentes) también se lastimó. En un año con tantas partidos pueden pasar estas cosas (...) Con respecto a César Pinares, es difícil decirle que no a un futbolista cuando quiere crecer en su carrera", afirmó en TNT Sports.
El ex Independiente dice estar agradecido. Fue un año rarísimo para todo el mundo y en el club no fue la excepción.
"En los cinco meses de inactividad los jugadores trabajaron muchísimo, hicimos más de 50 sesiones de zoom con ellos, más el trabajo que les mandó el profe. La dirigencia apoyándonos en un año difícil en lo económico y dándonos los recursos para seguir trabajando pese a todas las vicisitudes", afirmó.
En medio de la algarabía, Holan también recordó la campaña en Copa Sudamericana. Los estudiantiles fueron eliminados por Vélez Sarfield en cuartos con un gol en el último minuto.
"Hicimos una gran Copa, pero nos faltó un poco más. Tuvimos la dosis de azar en contra en el partido decisivo. Nos quedó esa sensación amarga de poder haber llegado a la final y haber hecho historia. Dimos todos y estuvimos a la altura, sobre todo con los gigantes brasileños", comentó.
