Luego de varias semanas negociando con La Calera, la U consiguió su fichaje más importante en lo que va de mercado. Los azules contrataron a Yonathan Andía.
El lateral derecho fue un pilar en los cementeros, que remataron segundos tras Universidad Católica. Disputó 30 partidos en el torneo local, todos de titular, e incluso fue nominado por Reinaldo Rueda a la selección chilena.
Pero para llegar a este punto, el futbolista de 28 años ha debido remar a contracorriente casi toda su carrera. Se curtió en clubes de barrio de Los Angeles, su ciudad natal, y de ahí dio el salto a la Tercera División.
"Me ha ayudado mucho a forjar mi carácter. Me ha enseñado a ser humilde, a ser mejor persona. Estoy acá porque luché, por mi familia y principalmente a dios que me puso acá", dijo en su presentación.
Partió en el Unión Santa María de Los Angeles y de ahí continuó por Deportes Rengo, Chimbarongo, Limache y General Velásquez.
Con lo que cobraba no le alcanzaba. Debía buscar otros trabajos para subsistir.
"Trabajé en la construcción, podando, jugué harto en equipos de fútbol rural. Hace cuatro años jugaba en torneo de barrio. Me pagaban por partido jugado. Con los clubes de tercera sólo había trato de palabra y me salvaba con los campeonatos de barrio... pagaban más", comentó en una entrevista que le dio a Las Últimas Noticias.
En 2018 por fin se le abrió una puerta en el fútbol grande. Víctor Rivero se lo llevó a La Calera. Fue uno de los más regulares en el cuadro de la Quinta Región en las últimas tres campañas.
Andía contó que sus amigos "están vueltos locos" con su fichaje en la U. Tendrá la presión de jugar en un grande y de reemplazar al histórico Matías Rodríguez. Asegura que todavía tiene hambre.
