Italia se instaló en semifinales de la Eurocopa. En un partidazo, quizá el mejor del torneo hasta el momento, derrotó 2-1 a la poderosa Bélgica en Múnich.
En la instancia de los cuatro mejores, el equipo de Roberto Mancini se medirá con España, que viene de eliminar en penales a Suiza. El duelo está programado para el martes en Wembley a las 15:00 horas.
Ni Bélgica ni Italia salieron a especular. Se disputaron la posesión de la pelota desde el inicio y buscaban el arco rival. Los belgas tuvieron dos ocasiones clarísimas para abrir la cuenta, pero Gianluigi Donnarumma le negó el gol a Kevin De Bruyne primero y a Romelu Lukaku después.
Italia, luego de un gol bien anulado a Leonardo Bonucci, abrió la cuenta a los 30'. Jan Vertonghen quiso salir eludiendo rivales, perdió la pelota cerca del área y Nicolo Barella definió con un potente remate cruzado.
Esta versión de la "azurra" nada tiene que ver con el "catenaccio". Suelta a sus laterales para romper por fuera y sus volantes se sientes cómodos manejando la pelota. A los 43' llegó el segundo. Lorenzo Insigne recibió en la izquierda y trazó la diagonal hacia el centro. Se sacó un marcador de encima y, sin que nadie lo apretara, disparó desde fuera del áreaa. Golazo.
Bélgica estaba aturdida. Pero logró volver al partido. El joven Jeremy Doku, por lejos el mejor de su elenco, cayó en el área. El árbitro cobró un polémico general que provocó varios reclamos. Poco le importó a Romelu Lukaku. El goleador del Inter de Milán lo cambió por gol en los 45+2'.
Le quedaba todo un tiempo a la escuadra de Roberto Martínez para revertir al marcador. Pero Italia no salió a refugiarse. Presionó fuerte en el medio y le cortó la fluidez a su rival. Bélgica solo inquietaba cuando aparecía el eléctrico Doku. De los pies del extremo nacieron las dos jugadas más claras para empatarlo. Leonardo Spinazzola le sacó en la línea un remate a Lukaku y luego al propio Lukaku le faltaron un par de centímetros para meter el cabezazo debajo del arco.
Otra decepción para Bélgica, el equipo mejor rankeado de la FIFA. Una generación repleta de talento se vuelve a quedar sin la opción de luchar por un título. La rejuvenecida Italia, en cambio, crece y se ilusiona.
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