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El brillante parapentista chileno que compite por República Checa debido a falta de apoyo y que está a punto de ser campeón del Mundial

Víctor "Bicho" Carrera lleva años brillando en la elite de este deporte.

16 de Julio de 2021 | 15:39 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Cuando era niño, Víctor Carrera gastaba los días recorriendo el cielo de Maitencillo en parapente. Como había muchas casas junto al acantilado, le gustaba volar rápido y a baja altura, sentir la fuerza g y deslizar los pies por los techos. También se paraba sobre las grúas de construcción que abundan por la zona.

De eso ya ha pasado más de una década. Pero "Bicho", embajador de Red Bull, ha seguido volando. En 2017 fue campeón mundial en modalidad "synchro" y actualmente es el 2° del orbe. Está muy cerca, además, de consagrarse en el Mundial Acrobático en Italia que finaliza el sábado.

En la ceremonia de inauguración hubo algo llamativo. Carrera se presentó con dos banderas. En la mano derecha la de Chile y en la izquierda la de República Checa, el país de su esposa.

-¿Por qué te presentaste con dos banderas?

"Lo que pasa es que en Chile no hay Federación de parapente. Para competir en el Mundial la Federación de cada país debe responder una carta oficial en representación de sus seleccionados. Como Chile no tiene, para mí no era posible y lo que pasa es que los beneficios de tener una Federación no son solo económicos. Mi disciplina es de alto riesgo. Hay temas muy importantes de seguridad, hay seguros de vuelo que te cubren muchos gastos, esos beneficios me los pudo entregar la República Checa porque tengo la visa de residencia y es por eso que me tomaron como seleccionado nacional. No lo dudé, tengo que ver mis intereses. De igual forma, llevé las dos banderas".

- Sin apoyo en Chile, ¿Cómo lo hiciste en torneos anteriores?

"Siempre ha sido súper difícil el tema de los seguros de vuelo en caso de accidentes. Para participar en el otro mundial, el del 2016, fue todo cuento, muy difícil poder participar. Acá cada piloto su Federación le paga su entrada, su inscripción. Yo pagué mis cosas. Estaba empezando, era amateur. Otros tiempos".

- ¿Molestó en algún lugar que hayas llevado banderas de dos países?

"Para nada. En el whatsapp de parapente de Chile hay más de 300 pilotos y estaban súper contentos de que alguna u otra forma pueda seguir desarrollando la actividad a nivel mundial. Al final, lo chileno se lleva adentro. ¿Qué aparezca otra bandera? Da igual. Lo que ellos quieren es ver a su amigo, al Bicho, en lo más alto".

Un cambio de vida


El padre de Víctor Carrera era instructor de parapente en Maitencillo. A los 11 meses voló por primera vez con su hijo y a los tres años le regaló el primer parapente para que aprendiese la técnica en tierra.

Volar se convirtió en una experiencia alucinante. Cree que porque no es natural para el hombre. Sin embargo, era solo un hobby.

"Como comencé desde muy chico, siempre fue mi pasión. Era lo que más hacía después del colegio, los fines de semana, hasta que llegó el momento en que salí del colegio y entre a estudiar mecánica. Me di cuenta a mitad de semestre que no me gustó la carrera y dije 'yo me voy a dedicar a lo que más me gusta'. Luché por mi sueño. Se cumplió con ganas y con esfuerzo. Fue un cambio para los demás bastante radical, pero para mí una forma de liberarme, de sentirme mucho más a gusto con mi vida propia. Siempre tuve la fe de que lo podía lograr. No sé por qué. Quizá uno se da cuenta a qué nivel está", expresa.

Los resultados llegaron rápido. Vinieron títulos y marcas. Conoció Los Alpes, los Pirineos. En Chile alcanzó el récord del vuelo más largo, 260 kilómetros desde Antofagasta al aeropuerto de Iquique en casi ocho horas. En 2019, además, sorprendió cruzándose en el cielo en medio del eclipse, una imagen espectacular.

"Bicho" se casó en noviembre del año pasado y se radicó en Austria. Cuenta que en total acumula 600 horas de vuelo por año. A veces viene a entrenar a Chile para aprovechar el verano, pero no cree que vuelva al país.

-¿Qué se siente estar en el aire?

"La temperatura, estando en el parapente, puede cambiar mucho. Depende si estás volando cerca del suelo o si estás a 1000 metros, hay una diferencia importante. Lo lindo del parapente es que la posición que uno lleva en vuelo es tal como estar sentado en un sofá, muy cómodo. Y el estar al contacto con el viento, sentir cómo se incrementa la velocidad con un giro o la disminución al frenar es lo que lo hace tan especial y es lo que a mí me gusta".


Fotografías y videos de Víctor Carrera



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