
Las gimnastias del COR en Tokio 2020. | Reuters
La gimnasta Simone Biles. | EFELos días de Nadia Comaneci y su 10 perfecto ya pasaron hace mucho tiempo. La Federación Internacional de Gimnasia cambió a un nuevo sistema de puntuación, luego de una controversia con decisiones de los jueces en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
A partir de 2006, la puntuación se comenzó a dividir en dos partes. La primera es la dificultad (D), un puntaje basado en lo que una gimnasta realiza durante su rutina. Mientras más difíciles sean los elementos que la atleta logre incluir exitosamente en su participación, el total será más alto. En teoría, el puntaje D puede ser abierto. La mayoría de las rutinas de élite conllevan un puntaje D entre 5,4 y 6,0. Rutinas excepcionales, como lo que Biles realiza en el suelo o lo que Lee consigue en las barras asimétricas, son de un puntaje de 6,5 o incluso más.
El segundo puntaje es de ejecución (E). Está basado en una escala de 1 a 10, pero la rutina ejecutada perfectamente no existe. Ni siquiera Biles ha logrado un puntaje perfecto durante su ascenso de prodigio a su consolidación como la mejor gimnasta de todos los tiempos.
Una ejecución sobre 8,00 es buena. Cualquier puntaje sobre 8,5 -particularmente en las barras, la viga o suelo, donde las deducciones se acumulan rápidamente- es extraordinario.
El domingo, Biles anotó un puntaje D de 6,7 en su rutina de suelo que incluye dos elementos que llevan su nombre. Los jueces la castigaron por su descuidada presentación -para sus estándares-, dándole un 7,733, totalizando así 14,133, el segundo mejor puntaje del día detrás de la italiana Vanessa Ferrari.
En resumen: 14,0 es bueno; 14,5 es muy bueno. Cualquier puntaje sobre 15,0, implica que probablemente se consiga una medalla.
Simone Biles. | APEl sistema de puntuación obliga a entrenadores y atletas a hacer sus propios cálculos de riesgo vs. recompensa. ¿Desarrollas rutinas llenas de elementos muy difíciles, bajo el riesgo de obtener un bajo puntaje de ejecución? ¿O prefieres rutinas más sencillas que potencialmente puedan ser ejecutadas de forma más limpia y sin errores?
Por años, las estadounidenses -y Biles en particular- no han tenido que elegir. No sólo han desarrollado las rutinas más complejas de la gimnasia, sino que también las han ejecutado mejor que cualquiera.
Eso todavía se sostiene en Tokio. La dificultad combinada de las estadounidenses durante los cuatro eventos de las clasificatorias fue 71,9, mientras la del equipo ruso fue de 69,7.
¿Entonces por qué Rusia terminó por sobre Estados Unidos? Por la ejecución. Mientras las de Estados Unidos tuvieron problemas, las de las rusas fueron precisas. Y eso fue lo que marcó la diferencia.
La gimnasta rusa Angelina Melnikova. | APLas rusas fueron tan buenas el domingo, que la campeona reinante de Europa, Viktoria Listunova, observará las finales del all-around desde las gradas, luego que sus compañeras Melnikova y Vladislava Urazova finalizaran por encima de ella en las clasificatorias.
Para las estadounidenses, Biles anotó el mejor puntaje como es usual y competirá en las cinco finales. Pero aún así no estuvo en su mejor día. Lee, McCallum y Chiles también perdieron la forma en algún momento de sus presentaciones.
Aún después de esos errores, el total estadounidense de 170,562 habría sido suficiente para finalizar en el primer lugar tanto en las rondas clasificatorias como finales en los Campeonatos Mundiales de 2018 y 2019.
Durante las clasificatorias, cada una de las cuatro integrantes compite en cada evento, y el peor puntaje del equipo se borra. Esto cambia en las finales, donde todos los puntajes cuentan: tres de tres. Es un formato bajo el cual las estadounidenses han brillado por más de una década. Mientras más alta sea la presión, mejor se desempeñan.
Eso no ha ocurrido con las rusas. Las caídas de la viga en la final por equipos del Campeonato Mundial de 2019, les costaron caro. Las estadounidenses ganaron por 2,5 puntos en un evento donde cualquier zozobra cuesta valiosas décimas, y una caída es básicamente una bandera blanca de rendición.
Si las estadounidenses simplemente igualan los puntajes de ejecución de las rusas, no deberían tener problemas para quedarse con el oro. La ventaja que han trabajado en la dificultad de sus rutinas durante años, significa que parten un paso adelante incluso antes de que saluden a los jueces. Sin embargo, está claro que serán las finales más interesantes en años, considerando que el tiempo que había pasado sin que Estados Unidos llegase a esta instancia con el segundo mayor puntaje en vez del primero.