El Athletic Bilbao estaba perdiendo 1-2 con el Granada en San Mamés por la Liga española. Sin embargo, consiguió el empate definitivo gracias a un increíble autogol.
Pase profundo e Iñaki Williams se escapó y alcanzó a tocar la pelota frente al portero. Iba adentro. El defensor Raúl Torrente corrió a toda velocidad para alcanzar a despejar y parecía que llegaba, sin embargo, se resbaló dentro del área. En ese momento, emergió el peruano Luis Abram para barrerse y sacar en la línea, pero el balón rebotó en Torrente.
La jugada siguió. Iker Munian, delantero del Bilbao, arremetió con todo. Pero Torrente desde el suelo metió la punta del botín y el balón dio en el palo. El arquero Luís Maximiano fue a buscar la pelota, pero con tanta mala suerte que le rebotó en la canilla y se metió en el arco. Rocambolesco.
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