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Aplaudió cada presión, celebró hasta las recuperaciones y nunca dejó su apasionado estilo: Así vivió Paulucci el título de la UC

El histriónico DT lo vivió intensamente.

05 de Diciembre de 2021 | 08:10 | Por Felipe Muñoz, Emol
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Agencias/Emol
No empezaba en el Estadio Sausalito y Cristián Paulucci, DT de la Universidad Católica, ya comenzaba a vivir el partido en su característico estilo. Y es que hasta un empate le daba un histórico tetracampeonato a los cruzados. Él, en su primera experiencia a cargo de un primer equipo.

Ya estaba todo listo. Jugadores en cancha, saludando a la gente, y Paulucci caminaba y caminaba frente a su banca. Además, recogía papelitos y rollos que habían caído desde la fanaticada cruzada. Para mitigar la ansiedad, quizás.

Pitazo inicial y vino la intensidad. La pasión. No pasaron ni tres minutos y ya daba las primeras instrucciones a Alfonso Parot. El lateral le asentía.

Caminaba y caminaba Paulucci de brazos cruzados, su postura más común. Tomaba agua y cuando el equipo parecía hacer lo que él quería, se relajaba e hincaba.

El argentino no escatima en emociones. Le reclamó airadamente al línea una jugada sin mayor importancia y volvía a repartir instrucciones. Primera llegada de Everton y la temperatura del trasandino subió: Se le vio muy enojado y gesticulando hacia sus futbolistas.

Pero Católica levantó, empezó a dominar más claramente a un opaco Everton y aparecieron los aplasusos. Paulucci hacía sonar sus palmas en cada presión del equipo e incluso festejaba como un gol cada recuperación de balón.

Una confusa jugada, aún en el primer tiempo, hizo que el juez Julio Bascuñán consultara con el VAR por posible penal para la UC por una supuesta mano. Solo segundos y siga siga. El argentino, ofuscadísimo siguió gesticulando. Historia conocida.

Gritos y más gritos, instrucciones y más instrucciones. Hasta al arquero Sebastián Pérez le llegaban órdenes aún cuando la jugada estaba muy lejos de él. Paulucci lo vivía intensamente.

Cerca de los 35', hubo minuto de hidratación. Casi todos los jugadores a buscar agua y sus ayudantes Rodrigo Valenzuela y Jaime Rubilar repartían las intrucciones. Él, se alejaba, de brazos cruzados y pensante.

Hasta que llegó el primer grito cruzado, a los 36' con autogol de Julio Barroso. Celebración efusiva, con salto incluido y cómo él festeja, con golpes al aire y una rodilla al pasto.

Para el complemento, el segundo gol llegó rápido, obra de Alfonso Parot a los 48'. Paulucci repite su felicidad. Más golpes al aire. El camino ya estaba cimentado.

Con la ventaja -y sabiendo que Colo Colo perdía-, el trasandino se vio más calmo, como disfrutando del juego de su elenco -que dominaba-.

No tardó en llegar el ensordecedor "Paulucci, Paulucci" de toda la parcialidad cruzada que colmaba el Sausalito. Él, en su estilo, tomaba agua y miraba a la galería. Quizá en señal de agradecimiento.

Luego, vinieron los cambios. Cada uno que salía muy cariñoso con el argentino. Quizá el más demostrativo fue Valber Huerta, quien se fundió en un fraterno abrazo con su DT. La tarea ya estaba lista.

El tercer gol, de Felipe Gutiérrez, solo confirmó lo que ya era un hecho. Tetracampeones y Paulucci, a pesar de estar a segundos de la gloria, no dejaba de dar instrucciones, pese a que ya llegaba el minuto 90, el de la verdad.

Pitazo final en Viña del Mar y solo emoción. Abrazos y más abrazos, un particular manteo por parte de los futbolistas y su agradecimiento, con las manos, a una hinchada que no dejó de corear su nombre. Quedó en la historia.
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