SANTIAGO.- Preocupación generalizada entre los afiliados de Masvida ha causado la delicada situación financiera por la que atraviesa la isapre, que hoy está siendo investigada por el Ministerio Público y que perdió la oferta de quien iba a ser su socio estratégico.
Pero el mayor problema lo tienen los afiliados con preexistencias o con edad avanzada, debido a que no pueden cambiarse libremente de aseguradora porque pueden no ser recibidos por otra isapre al ser más "costosos". Y en caso de que Masvida quiebre y su cartera de clientes sea licitada, tampoco podrán optar por otra isapre si es que no les acomodara su nuevo plan.
Según cifras de la Superintendencia de Salud, en la década pasada más del 30% de los usuarios de isapres registraba algún tipo de preexistencia, cifra que podría en aumento considerando el enjevecimiento de la población en Chile.
Frente a esto, ¿se reabre el debate para cambiar la Ley de Isapres respecto a este tema?
"El tema de las preexistencias es una doble injusticia, tanto para el afiliado como para la isapre. Es un sistema que no está adaptado para la naturaleza de los seres humanos", afirma
Javier Labbé, economista especialista en salud de la Universidad del Desarrollo.
El académico comenta que "cuando una isapre empieza a tener problemas, los primeros que arrancan son las personas que tienen opciones, pero van quedando las personas más 'siniestrozas', que son las más gastadora dentro de la isapre. Eso hace que la cartera pierda valor y podría llegar al punto de que ninguna isapre quiera comprar esa cartera, porque podría representar más gasto que ingresos".
Para Labbé, obligar a una isapre a recibir a personas con preexistencias sería un "atropello al derecho de propiedad", porque significaría una pérdida segura para la compañía, pero tampoco es "justo" para una persona que se quede sin opciones considerando "que sabemos que tendrá más enfermedades y más gastos a medida que envejezca".
Pero podría existir una solución, advierte el economista, refiriéndose a que se podría crear una "especie de compensación, para darle movilidad a estos afiliados cautivos": que la isapre que pierde al afiliado con preexistencia compense a la isapre que recibe a esta persona.
De esta manera, concluye el académico, la industria se haría más competitiva –"porque incentivaría a las isapres a retener a sus afiliados"- y "crearía un mercado para las personas con preexistencias".
Otro mecanismo sería crear un fondo de compensación pagado por todas las aseguradoras, en el que "las isapres poco gastadoras tienen que pagar a las isapres más gastadoras".
"Las isapres deberían tener recursos retenidos para hacer frente a estos gastos –de más enfermedades- que tendrán sí o sí", apunta Labbé.