Este viernes se conocieron los resultados de la elección para elegir a la nueva directiva de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), en la cual se impuso la lista liderada por el dirigente del PS, José Manuel Díaz, quien se transformó de esa forma en la primera carta para reemplazar a Barbara Figueroa (PC) al mando de la organización.
El socialista, que ocupaba el cargo de tesorero de la multisindical, obtuvo 9.799 votos, y por tradición, la lista con la primera mayoría se queda con la presidencia de la Central, superando a la líder comunista, quien llevaba nueve años encabezando el gremio y que también fue derrotada en la última elección de convencionales.
Sin embargo, fuera del mundo sindical, es poco lo que se sabe de Díaz, quien en su extensa trayectoria en la defensa de los derechos de los trabajadores ha cultivado un perfil reservado que no le ha impedido generar un
amplio respaldo en las bases de los sindicatos de distintas empresas y sectores productivos.
"Es un hombre bien callado", comentaron a Emol algunos de sus más cercanos colaboradores, quienes destacan que se trata de un líder de la "vieja escuela". De hecho, formó parte de los esfuerzos por reactivar la CUT a inicios de los '90, mientras era un activo militante de las juventudes socialistas.
Asimismo, destacan que, de sus 52 años, la mayor parte de su vida la ha dedicado a la labor sindical. Y pese a que no posee estudios ligados a esa tarea -es profesor de educación básica, pero nunca ejerció su profesión-, tiene una amplia experiencia en asesorías y negociaciones.
"Es una figura bien potente en el mundo sindical, es respetado y reconocido en términos políticos", añade otra fuente, quien lo describe como "un articulador y asesor, un dirigente que ha estado abocado 100% a la CUT y que ha sido parte fundamental de asesorías políticas y sindicales".
Líder de la renovación y militante PS
Durante su recorrido en la multisindical, fue parte de la dirigencia de Arturo Martínez, quien la lideró por más de una década entre 2000 y 2012. En ese periodo, Díaz fue encargado de las relaciones internacionales de la organización, pero al cabo de un tiempo quebró sus relaciones con el ex presidente de la CUT.
El motivo de la separación fueron los intentos que lideró para promover el voto universal en la organización. "Ahí tuvo diferencias de opinión con Arturo, porque no compartía su forma de hacer sindicalismo, ya que él quería dar participación real a los trabajadores y tratar de que el sector privado llegara a la Central", comenta una fuente.
En términos políticos, es un alto
dirigente del PS. Es vicepresidente de la actual mesa directiva encabezada por el senador Álvaro Elizalde, pero es cercano al sector de la Nueva Izquierda, liderado por el ex senador y ex líder socialista, Camilo Escalona, e integrado por figuras como Osvaldo Andrade y Mahmud Aleuy.
En 2012, fundó la Coordinadora de Sindicatos Interempresas (CSI), y una de sus primeras acciones fue demandar al Estado de Chile ante la OIT, en abril de 2013, para solicitar un pronunciamiento del organismo respecto a la imposibilidad de negociar por parte de esas agrupaciones.
Ello motivó al organismo internacional a publicar un informe en noviembre de 2015 que dio cuenta del compromiso asumido por el Gobierno de Michelle Bachelet a impulsar el derecho del sindicato interempresas a negociar, sin que el empleador pueda oponerse.
Pese al nexo que tiene con esos sindicatos, Díaz no está vinculado a ninguna empresa u organización de base, ya que su trabajo siempre lo ha realizado desde la CUT. En su entorno aseguran que su principal tarea será "influir en la Convención Constitucional y poner en esa instancia al trabajo como un tema central".
