Gabriel Boric será el nuevo Presidente de Chile a partir de marzo de 2022. Así lo decidió la ciudadanía este domingo en las urnas, en una segunda vuelta presidencial en donde el abanderado de Apruebo Dignidad sorprendió y se impuso, con un holgado triunfo en la RM, sobre José Antonio Kast.
El nuevo gobierno asumirá en un contexto a la menos desafiante en el país, en donde el pobre escenario económico será una de las principales dificultades que deberá enfrentar.
Es que la sobrecalentada economía, la galopante inflación y la obligación de retomar la responsabilidad fiscal transforman al tema económico en uno de los fierros más calientes que deberá agarrar el nuevo mandatario, poniendo una importante dosis de dificultad para la sustentabilidad de las reformas y cambios que se deseen implementar.
El Banco Central sacó recientemente del horno su último Informe de Política Monetaria (IPoM) del año, en el que entregó sus proyecciones más actualizadas respecto a la actividad económica en los años venideros, dando cuenta de un sombrío panorama en que deberá instalarse el nuevo gobierno.
Luego de crecer hasta 12% en 2021 -explicado por la explosión de consumo luego de las inéditas ayudas fiscales y los retiros previsionales-, la economía comenzará a desacelerarse. Para 2022, la institución presidida por Mario Marcel espera que el PIB se expanda entre 1,5% y 2,5%, mientras que en 2023 la visión es aún más pesimista, previendo un crecimiento de entre 0% y 1%.
Una débil actividad que estará acompañada por una fuerte inflación. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la inflación de noviembre llegó a 6,7% en doce meses, muy por sobre la meta de 3% que tiene el Banco Central. Así, se espera que la inflación culmine 2021 en torno a 7%, lo que se mantendría durante la primera mitad de 2022, lo que luego comenzaría a descender hasta ubicarse en 3% dentro de un horizonte de dos años.
Pero para cumplir esto último, el central ha debido retirar rápidamente el estímulo monetario activado para hacer frente a la pandemia, terminando con la política expansiva y comenzar a enfriar la economía. En ese marco,
el ente rector ha realizado dos potentes e históricas alzas consecutivas de 125 puntos base cada una a la tasa de interés, que terminará el año en 4% y se espera que llegue a 5% en la primera parte de 2022.
Por otra parte, uno de los puntos que generó mayor preocupación dentro del IPoM fue la caída de 2,2% en lo que respecta a inversión -medida como formación bruta de capital fijo- prevista para el próximo año. Baja que, según explicó Marcel el miércoles, se sustenta en el fuerte aumento que se ha visto en las tasas de interés de largo plazo, clave para el financiamiento de las inversiones.
El consumo, en tanto, también se vería disminuido, en 0,5% en 2022 y 0,7% en 2023, dado que el fuerte dinamismo que se ha visto en el país en el último tiempo debiese estabilizarse ante los retiros de estímulos fiscales y monetarios, sumado a una alta base de comparación.
El próximo gobierno también deberá hacer frente al crecimiento que ha anotado la pobreza en Chile en medio de la crisis sanitaria. Según la encuesta Casen en pandemia publicada un julio de este año, el 10,8% de la población vive en situación de pobreza por ingresos, más de dos puntos porcentuales más que en 2017.
Apretado escenario fiscal
En lo fiscal, de acuerdo con el Informe de Finanzas Públicas del tercer trimestre de 2021, se espera que el gasto del gobierno central alcance $74.970.710 millones, lo que significa un crecimiento de 32,1% real anual. Esto, representa un 31,7% del PIB, la cifra más alta -como porcentaje del PIB-, desde que se tienen registros comparables.
Lo anterior, como resultado de las ayudas fiscales que se han entregado para combatir la crisis gatillada producto de la pandemia de covid-19.
Con todo, se estima un déficit efectivo equivalente a 8,3% del PIB para 2021. Además, se proyecta un déficit estructural de 11,5% del PIB. "Esto implica (...) una desviación de la meta y encontrarnos ante una cláusula de escape de facto, producto del impacto de las medidas impulsada para enfrentar la crisis sanitaria y económica provocada por el covid-19", señala el informe.
En consecuencia, la Dirección de Presupuestos (Dipres) proyecta que la deuda bruta cierre el año en 34,9% del PIB, mientras que la posición financiara neta (PFN) finalizaría el año en -31,5% del PIB.
En ese contexto de desequilibrios fiscales, es que el presupuesto fiscal aprobado por el Congreso para 2022 caerá 22,5% real anual con respecto de la ejecución de gasto proyectada para 2021.
El alto valor del dólar también se ha transformado en un dolor de cabeza para la economía y las previsiones al respecto son más bien pesimistas. En 2021, según el IPoM, la paridad peso/dólar se ha incrementado casi 18%, a pesar de que el precio del cobre se ha mantenido elevado, incluso volviendo a acercarse a sus máximos históricos en los últimos meses.
El cobre, por su parte -el principal producto de exportación nacional-, está representando un impulso para los ingresos fiscales y el crecimiento, dado que el metal rojo termine 2021 con un promedio de US$4,25 la libra -el más alto de la historia-, aunque esto caería a US$4,05 en 2022 y a US$3,60 en 2023.
Otra de las misiones que tendrá la nueva administración será terminar con la recuperación del mercado laboral. De acuerdo con el INE, en el trimestre móvil agosto-octubre se habían recuperado 1.383.219 puestos de trabajo destruidos por la pandemia, lo que representa una recuperación del 75,3%, por lo que aún resta un 15% para alcanzar los niveles pre crisis.
La necesidad de diálogo
Marcel, el miércoles, entregó su visión respecto al escenario económico en el que asumirá el nuevo Presidente. "Si seguimos actuando de manera oportuna, el escenario en que va a asumir el próximo Gobierno va a ser un escenario en el cual la inflación se va a estar estabilizando", dijo.
Además, el presidente del Banco Central añadió que "deberíamos tener una trayectoria de recuperación del equilibrio macroeconómico y además tendríamos un escenario donde los avances que pueda hacer un próximo Gobierno en términos de reducción de la incertidumbre, de recuperación de la oferta y de la inversión, de mejoras de la productividad, pueden ser muy importantes, pueden rendir frutos muy importantes".
"Ese Gobierno va a tener la oportunidad de mejorar las condiciones para que la economía pueda recuperarse más rápidamente y también ayudar en el control de la inflación", resaltó.
"Ese Gobierno va a tener la oportunidad de mejorar las condiciones para que la economía pueda recuperarse más rápidamente y también ayudar en el control de la inflación".
Mario Marcel
Por otra parte, algunas voces han resaltado en estos días la necesidad de que un diálogo y se logren acuerdos entre ganadores y perdedores para conformar un escenario de mayor estabilidad y certidumbre económica.
La economista y académica de la U. de Chile, Eugenia Andreassen, comentó que "el mejor escenario es que se genere una situación de diálogo", recordando que la nueva administración "va a llegar en un contexto de desaceleración, lo que también limita bastante las opciones de los cambios que se pueden implementar".
Mientras que el economista y académico de la U. de Los Andes, Carlos Budnevich, sostuvo que "me parece que ningún sector puede imponer su visión de sociedad al otro sector. Para el país, como un todo, sería muy bueno que las dos partes pudieran converger hacia una serie de acuerdo de gobernabilidad por un camino más intermedio".