El petróleo cerró por encima de los US$73 el barril por primera vez en cuatro semanas, ya que las señales de que la variante Ómicron del covid-19 puede ser menos severa que las mutaciones anteriores aliviaron las preocupaciones sobre un golpe a la demanda.
El crudo West Texas Intermediate para entrega en febrero subió US$1,03 para ubicarse en US$73,79 el barril en Nueva York, mientras que el el crudo Brent para liquidación en febrero ganó US$1,56 a US$76,85 el barril.
Los futuros del WTI en Nueva York cerraron el jueves con un alza de 1,4% en medio de una disminución de la liquidez a medida que se acercan las festividades de fin de año.
Una agencia de salud del Reino Unido indicó el jueves que era menos probable que Ómicron provocara más hospitalizaciones que la variante Delta, mientras que los reguladores de Estados Unidos aprobaron la píldora para el covid-19 de Merck & Co., lo que disipo algunos de los peores temores sobre el efecto de la variante en demanda de petróleo.
Los volúmenes de negociación están comenzando a disminuir antes de Navidad, mientras que el interés abierto (el número total de contratos de petróleo en poder de operadores) para los futuros de crudo, gasolina y diésel combinados está en su nivel más bajo en casi seis años. Esos dos factores podrían dejar al mercado propenso a fluctuaciones bruscas.
El petróleo se dirige a una ganancia anual tras un fuerte repunte de la caída observada por la pandemia, aunque las incertidumbres derivadas de la naturaleza evolutiva del virus pueden frenar las ganancias.
Los futuros del crudo estadounidense parecieron enfrentar cierta resistencia a medida que se acercaban al promedio móvil de 100 días de US$74,04. El traspaso de ese nivel podría desencadenar más compras por parte de los especuladores, dijeron analistas.
