El Presidente de Argentina, Alberto Fernández, salió al paso de los cuestionamientos luego de que se confirmara la celebración del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez, en la quinta presidencial de Olivos, en medio del confinamiento estricto decretado por el Gobierno en 2020. El Mandatario reconoció que fue un error haber realizado ese encuentro.
En medio de un acto público en la ciudad de Olavarría (provincia de Buenos Aires), el Mandatario trasandino aprovechó la oportunidad para dirigirse a la población en un día marcado por las críticas. "Quiero reflexionar con ustedes algunas cosas que tengo que decir. Los pibes que me conocen dicen que no soy un careta. Y yo nunca dejé de dar la cara", afirmó.
Fernández asumió que, desde el inicio de la pandemia, "yo le pedí a muchos argentinos que por favor me acompañaran porque era necesario cuidarnos, era necesario preservar la salud de todos y cada uno de nosotros".
En esa línea, afirmó que "yo todos esos meses me quedé trabajando en Olivos por recomendación de los médicos, pero Olivos se convirtió repentinamente en casi una ciudad, porque allí iban los gobernadores, los diputados, los ministros, las ministras, secretarios, iban futbolistas, dirigentes del fútbol, actores, actrices... gente que tenía problemas que la pandemia había causado y que también necesitaban ser oídos (...) viví todo ese tiempo en un gran vértigo, un vértigo que me hizo tener reuniones con cientos de personas y no podía hacer otra cosa".
Fernández agregó que, durante todo ese tiempo, "nunca ocultamos nada" y siempre se supo quiénes fueron a la residencia presidencial. "En ese contexto, el 14 de julio, día del cumpleaños de mi querida Fabiola, ella convocó a una reunión con sus amigos y a un brindis que no debió haberse hecho, que definitivamente me doy cuenta que no debió haberse hecho y que lamento que haya ocurrido, claramente lo lamento".
"Mirado en retrospectiva, debí haber tenido más cuidados, que evidentemente no los tuve", reconoció el Mandatario.
Y añadió: "Todos lo supieron porque lo contamos. No ocultamos nada. Pero esto lastimó a mucha gente. Lamento lo que ocurrió, no va a volver a ocurrir".
La polémica se generó a raíz de la difusión de dos fotografías que muestran a Alberto Fernández junto a su pareja y otras 10 personas compartiendo en una mesa, sin mascarilla ni respetando el distanciamiento social, justo en momentos que las reuniones sociales privadas estaban prohibidas.
Dos días después, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, admitió que "es evidente que hubo un descuido, que se cometió un error, que no debería haber pasado y que estuvo mal".
Cafiero afirmó que la residencia Olivos funcionó como "centro de operaciones" del Gobierno en aquellos días por la pandemia y "mucha gente entraba y salía" de la finca por reuniones oficiales. "Y en una ocasión hubo un evento social que no debiera haber ocurrido", reconoció.
