SANTIAGO.- Quedaban diez minutos para las 20 horas cuando la Presidenta Michelle Bachelet estableció contacto telefónico con el candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, con el objetivo de saludarlo por su claro triunfo en la segunda vuelta. "Lo llamo para felicitarlo y desearle una buena gestión en su mandato", le dijo.
La Mandataria mantuvo una breve y cordial conversación con su sucesor, logrando esconder en parte la desazón que le generó la dura derrota del abanderado oficialista, Alejandro Guillier, a quién decidió entregarle su respaldo y con ello la proyección de su legado y las reformas que impulsó durante su segunda administración.
De hecho, minutos antes de conversar con Piñera, la jefa de Estado ingresó al Salón Montt Varas del Palacio de La Moneda para reunirse con los ministros, subsecretarios e invitados que seguían los cómputos y en ese momento reconoció a los presentes su decepción por el resultado obtenido.
Así lo señaló el ministro de Justicia, Jaime Campos, quien aseguró que "la Presidenta habló y obviamente estaba afectada, a nadie le puede gustar este resultado". Dicha versión fue refrendada por el titular de Economía, Jorge Rodríguez Grossi, quien aseveró que “obviamente estaba desencantada por el resultado".
El motivo del malestar de la gobernante era evidente: A diferencia de lo realizado en 2009, cuando optó por distanciarse de la campaña de Eduardo Frei para resguardar el legado de su gobierno, en esta oportunidad lo puso en juego, al endosar su respaldo a Guillier y advertir al país que un triunfo de Piñera ponía en riesgo sus reformas.
La lectura de la derrota en el Gobierno
No obstante, a juicio del Ejecutivo, la adopción de las banderas de la gratuidad por parte del Mandatario Electo demostró un cierto triunfo den sus ideas y dejó en claro que la responsabilidad del fracaso oficialista pasó por la Nueva Mayoría y no por el vínculo de La Moneda con la campaña del senador independiente.
"La gran derrotada de esto es la Nueva Mayoría, puesto que en el último año hizo todo lo posible para que este resultado aconteciese. Se hizo todo mal, no tuvimos candidato único, no tuvimos primarias, la guerrilla de proyectos personales, las descalificaciones que hubo a algunos candidatos o precandidatos que se levantaron", dijo Campos.
En la misma línea, Rodríguez Grossi advirtió que "la vez anterior que la Presidenta Bachelet salió de La Moneda fue con más de 60% de apoyo e igual ganó Piñera. Uno no puede atribuirle a este Gobierno el resultado electoral".
En tanto, el ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, recordó que "las principales reformas de la Presidenta fueron ciertamente aprobadas con unanimidad, por tanto, hay que distinguir lo que fue el programa de este gobierno versus lo que es la decisión de los chilenos y chilenas como ocurre en una democracia respecto a cómo continuar".
"El sustrato de lo que tratamos de llevar adelante si recibió apoyo. Ahora, eso no significa que la ciudadanía endose a un liderazgo versus otro, eso es lo que ocurre en cada elección, no hay que leer mecánicamente lo que ocurre en una elección con lo que ocurre con la evaluación de un Gobierno", añadió.
Finalmente, la vocera de La Moneda, Paula Narváez, salió a ratificar dicho discurso, afirmando que "parte importante del programa ha sido apoyado por fuerzas políticas transversales. Los últimos días la bandera de la gratuidad en la educación permeó todos los sectores políticos (…) se corrió el cerco de lo posible".