SANTIAGO.- De acuerdo a un estudio de la consultora internacional Randstad, Chile es uno de los países con mayores índices de insatisfacción laboral, ocupando el lugar 28 entre los 33 países analizados.
A esto se le suma que, los índices de deserción en la educación superior muestran una realidad en donde casi uno de cada tres estudiantes se retira o cambia de carrera al primer año. Entre los motivos se encuentra la dificultad académica y problemas económicos pero también fuertemente los conflictos vocacionales.
A menos de una semana de que miles de jóvenes conozcan los resultados de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y postulen a la educación superior, los expertos recalcan en la importancia de
recorrer un camino serio de búsqueda profesional y preguntarse también dónde podrán desarrollarse mejor y ser más felices.
Según Felipe Cortés, del Instituto del Bienestar, encontrar la vocación, en un mundo conectado y lleno de distractores y modelos sociales, es todo un desafío. "Es la invitación a un proceso de autoconocimiento sumamente rico y clarificador, y es por lo mismo que se debe tomar con mucha calma, responsabilidad y empoderamiento personal, para permitir que los jóvenes sean creadores y protagonistas de su propia historia", asegura.
La búsqueda vocacional
Para encontrar la vocación, Cortés, también director del Movimiento #Felices, sostiene que es necesario hacerse algunas preguntas claves antes de elegir qué carrera estudiar. "Esto va desde un simple: ¿qué cosas me apasiona hacer o me apasionaría concretar? que sitúa a los jóvenes en retrospectiva y los proyecta hacia una imagen alegre y motivadora del futuro; pasando por un "¿para qué cosas soy excepcionalmente bueno?" con lo cual se refuerzan las habilidades y destrezas".
"Hay que preguntarse desde qué cosas me apasionan hacer y para qué cosas soy excepecionalmente bueno"
Felipe Cortés, Instituto del Bienestar
En esa línea, el experto aconseja preguntas como
"¿con qué alternativas disponibles cuento que se acomoden o qué quiero?" y
"¿hay demanda suficiente del mercado?", así se podrá equilibrar todo en una expectativa realista que permita las mejores decisiones posibles".
Por otro lado, Michelle Pollmann, psicóloga clínica y directora del Centro Al Alma, indica que la ayuda vocacional de los pares no siempre es la adecuada. "La gran mayoría en tercero y cuarto medio todavía no saben lo que quieren y lo que ocurre es que muchas familias empiecen a colocar a sus hijos en escenarios que no son reales y terminan con miedo".
De esta manera, Pollmann cree que finalmente las personas terminan trabajando en lugares que no les gustan e insatisfechos personal y profesionalmente.
"Como sociedad estamos muy involucrados a que lo que hoy día hay que ganar es dinero. Pero si no estás feliz tu cuerpo también es un alerta y va diciendo que ese no es el camino por el que vas. Y al final se nota cuando una persona no quiere estar en ese lugar", asegura.
Elegir una carrera a los 18 años
Encontrar la vocación a la que te quieres dedicar suele ser un proceso difícil. En especial cuando tienes 18 años y acabas de terminar la enseñanza media.
Para Felipe Cortés, del Instituto Bienestar, tomar esta decisión a esa edad "es complejo ya que el nivel de maduración personal no se puede uniformizar
. Decidir lo que se quiere para la vida es un proceso de construcción personal que se va haciendo a diario y que debe ser tomado con tiempo y calma. No es necesario apresurarse si no se tiene claridad, ya que se puede caer en crisis vocacionales que implican redireccionar el camino innecesariamente".
Por su parte, Pollmann, sostiene que una persona a los 18 no está preparado para saber lo que quiere. "Creo que lo que hace falta es ver la individualidad de cada uno, ayudar a las personas escuchándolas y conversar con ella para entender la confusión mental que se puede sentir, sobretodo porque la sociedad exige que de joven sepas lo que quieres, y de esa forma finalmente siempre escoges mal una carrera".