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De la traición de Fidel a la amena cercanía con Raúl: Las diferencias entre las dos visitas de Bachelet a Cuba

Mientras que en 2009 se retiró indignada de la isla tras el respaldo que el líder de la Revolución le otorgó a la demanda marítima boliviana, en la visita que culminó ayer profundizó su conexión con el actual Mandatario.

09 de Enero de 2018 | 12:18 | Por Felipe Vargas, enviado especial a Cuba
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La Presidenta viajó a Cuba por primera vez en febrero de 2009. La nueva visita se prolongó desde el sábado hasta el lunes.

El Mercurio
SANTIAGO.- Casi dos horas de retraso sufrió el vuelo de la Fuerza Aérea de Chile que trajo de regreso a la Presidenta Michelle Bachelet a Chile desde La Habana. ¿El motivo? La amena conversación que sostuvo con su par cubano, Raúl Castro, en la cena que ofreció en honor de la Mandataria en el edificio del Consejo de Estado local.

En la ocasión, hablaron sobre el intercambio comercial, sobre aviones y la exportación de médicos cubanos. Pero no fue solo eso, ya que la cita que ambos sostuvieron a solas en la misma sede estatal en la tarde también se extendió más de lo previsto según el programa establecido entre ambos gobiernos, sobrepasando la media hora.

Todo ello dio cuenta de la cercanía que han logrado en los últimos años y que se ha visto reflejada en el aumento de la cooperación bilateral y la colaboración en temas internacionales, como la mediación de ambos países en el acuerdo de paz firmado entre las FARC y el gobierno de Colombia en 2016, entre otros temas.

En ese contexto, el balance de la gira fue positivo al interior del Gobierno. Ello, comparado con el bochorno que Bachelet vivió en su última visita oficial a la isla en 2009, cuando regresó indignada luego de que Fidel Castro, entregara su respaldo a la demanda marítima boliviana justo después de recibirla en La Habana.

No obstante, el contexto en que se desarrollaron las dos visitas fue diametralmente distinto. Pese a que ambas se dieron en los últimos meses de sus mandatos, la primera fue simbólica para la jefa de Estado: Se trataba de la primera visita de un Presidente de Chile a Cuba desde la que hizo Salvador Allende en 1972.

"Oligarquía vengativa y fascista"


Por ello, Bachelet viajó con una amplia delegación, con parlamentarios como Marco Enriquez-Ominami e incluso el DC José Miguel Ortiz, cuyo partido, al igual que este año, crítico la ausencia de una cita con la disidencia cubana. También viajó el líder de la CPC, Rafael Guilisasti, y artistas como Ángel Parra y Álvaro Henríquez, entre otros.

Tal como relató Patricia Politzer en su libro "Bachelet en tierra de hombres", la Presidenta viajó contenta e ilusionada, ya que pese a los ya tradicionales reproches de la oposición por mantener nexos con la isla sin criticar las violaciones a los DD.HH., pasaría a la historia como la segunda líder chilena en llegar a Cuba.

Dicha gira, que se inició el 10 de febrero de 2009, se desarrolló de forma "impecable", según recuerdan sus participantes. Al igual que ayer, se reunió con el Arzobispo de La Habana, Jaime Ortega, y sostuvo una larga cita con Raúl Castro. La novedad fue la invitación que le hizo Fidel para conversar por casi una hora y media.

Tras la cita con la histórica figura, Bachelet salió "radiante" y "destacó ante la prensa que Fidel estaba muy activo y que mantenía su memoria privilegiada para manejar datos y detalles. Más allá de sus palabras, su emoción se transmitía en sus gestos animados, la sonrisa satisfecha y el rostro feliz", relata el libro.

Sin embargo, aquella noche, en medio del festejo de la delegación en la casa del empresario chileno Max Marambio, se enteró de la última de las «Reflexiones del compañero Fidel» publicada en el diario oficial Granma, en la cual respaldó la demanda marítima de Bolivia aludiendo a la "oligarquía vengativa y fascista" de Chile.

Ante ello, y restando un día de actividades, Bachelet optó por el silencio, siendo su canciller, Alejandro Foxley, quien respondió calificando los dichos de Castro como opiniones personales de alguien que ya está retirado de la política. Al aterrizar en Santiago, “la gobernante manifestó su indignación con total energía”, reza el texto.

Una visita sin sobresaltos


A diferencia de aquella ocasión, la gira que culminó este lunes se desarrolló sin mayores polémicas. Esta vez, la comitiva se redujo a un pequeño grupo de empresarios farmacéuticos y manufactureros y no contó con la presencia de parlamentarios. Tampoco estuvo presente el canciller Heraldo Muñoz.

Además, aunque su figura siempre está presente entre los cubanos, la figura de Fidel no fue un factor de atención y tanto Bachelet como Raúl Castro están de salida en sus respectivos gobiernos: Mientras ella entregará el poder el 11 de marzo próximo, el actual líder cubano lo hará el 19 de abril.

En ese contexto, la visita tuvo un marcado énfasis de cierre, enfocado en el resumen de la tarea diplomática de su Gobierno. De hecho, en medio de un seminario comercial, destacó que "la política internacional de mi Gobierno ha estado dirigida a impulsar los entendimientos entre los pueblos, la democracia, los derechos humanos".

Asimismo, sus actividades se centraron en el detalle de la cooperación que Chile entrega a Cuba en materia agropecuaria, construcción y salud y el que la isla aporta a través de sus avances en medicina. De hecho, se firmó un acuerdo de cooperación entre el Hospital Exequiel González Cortés y el Hospital Pediátrico de La Habana.

En general, y a diferencia de lo ocurrido en 2009, la visita de Bachelet a La Habana tuvo un bajo perfil y estuvo rodeada de un cierto hermetismo. De las diez actividades programadas, seis fueron cerradas al acceso de la prensa. Tampoco hubo declaraciones sobre el contenido del encuentro que sostuvo con Castro.

Como sea, el balance en la pequeña delegación que acompañó a la Mandataria fue positivo. Así lo retrató el presidente de la Asociación de Exportadores de Manufacturas (Asexma), Roberto Fantuzzi, quien apenas aterrizó en Santiago comentó a través de su cuenta en Twitter que "estaba equivocado con Cuba".

"Impresionante la distorsión de imagen que uno puede tener. Mucho comercio privado pyme, una Iglesia activa en lo social y desarrollo en lo cientifico/medicina. Ojo, creo q hemos llegado tarde en lo q se pueda exportar, ya hay otros países", advirtió ante la tibia apertura evidenciada por el régimen socialista local.
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