SANTIAGO.- Las desapariciones del guía turístico de San Pedro de Atacama, Kurt Martinson, y la de la joven de Conchalí Fernanda Maciel, vista por última vez en febrero de este año cuando tenía siete meses de embarazo, son algunos de los casos que actualmente se investigan al interior de la Brigada de Ubicación de Personas (Briup) de la PDI.
Otros, ya cerrados, fueron los de la menor Emmelyn Canales, secuestrada a comienzos de este año en Lincantén, y el de Nibaldo Villegas, el profesor de computación cuyo cuerpo fue encontrado descuartizado en Valparaíso.
Y es que este tipo de indagaciones, generadas a partir de denuncias por presunta desgracia, implican la permanente ejecución de diligencias por parte de los policías. Según cifras de la institución, entre enero y julio de este año, recibieron 4.929 órdenes de investigar, es decir, casi 27 al día.
De estos casos, 245 se mantienen sin resultados, mientras que en otros 16 se encontró a la persona fallecida.
Según explica el comisario Manuel Fuentes, jefe de la Briup, lo primero que se hace al recibir una denuncia es poner en práctica un protocolo, donde se consultas distintas fuentes de información como en hospitales o el Servicio Médico Legal.
"Si existen tres órdenes de investigar por la misma persona, con resultados previos es porque esta normalmente abandona el hogar voluntariamente", explica el detective sobre los antecedentes que se consideran durante las primeras horas.
Estos, agrega, son claves ya que la mayoría de los buscados aparecen en las primeras 48 horas; incluso antes que la fiscalía remita la orden de investigar, la cual puede tardar algunos días.
En esa línea, el comisario indica que "la investigación va diciendo las hipótesis que tiene que seguir, como si es que la persona tiene una tendencia suicida, debiendo realizar otro tipo de trabajos", y asegura que las cifras varían con rapidez.
Así también, el policía reconoce que "l
as primeras diligencias son vitales" y que "cuando efectivamente se da una presunta desgracia es
difícil recibir una orden de investigar a los cuatro o cinco días".
Casos fatales y el trabajo con los que datan de años
Por su parte, Carabineros también cuenta con diligencias que se realizan al momento de recibir la denuncia.
"Con psicólogos trabajamos desde el núcleo de la familia hacia afuera para conocer a la persona y reconstruir la linea de tiempo de las ultimas 48 horas antes de la desaparición", afirmó la capitán Valeska Suárez, de la Dirección de Investigación Criminal, agregando que de esa forma se pueden levantar temas de interés investigativo, como si hubo una discusión.
Según cifras de Carabineros, el año pasado se recibieron 22.720 denuncias por presunta desgracias, quedando 2.946 casos vigentes.
Ambos policías coinciden en que en casi el 95% de los casos se logra encontrar a la persona buscada -ya sea con o sin vida-, y que un bajo porcentaje hay desenlaces fatales.
En cuanto a los hechos que datan de años, Carabineros y PDI mantiene las denuncias en sistemas internos aún cuando la fiscalía deje de ordenar diligencias. Así, se revisan constantemente algunas fuentes de información.
"No es posible que estemos tres años investigando el mismo caso, de hecho no contamos con una orden del fiscal. Si hay algún dato nuevo que se encuentre o entregue la familia, podemos podemos decirle al
fiscal y ahí se reactivan los casos", concluye Fuentes.
Perfil de los desaparecidos
De acuerdo a la capitán Suárez, Carabineros ha detectado un perfil en los desaparecidos: menores de sexo femenino entre 13 y 17 años. "La mayoría responde a conflictos familiares, niñas que quieren tener el comportamiento de adultos o mayor libertad. El bajo rendimiento académico también influye en ciertas fechas como fin de año", añade.
22.720Denuncias por presunta desgracia recibió Carabineros el año pasado.
Por su parte, Fuentes comenta que si bien no hay una tendencia marcada en los casos que la PDI tratan, sí hay más denuncias referentes a personas
de entre 17 a 60 años, quienes responden a problemas laborales, psicológicos, familiares, económicos o de adicción a alguna droga. En tanto, aquellos mayores de 65 años suelen ser víctimas de enfermedades, como alzheimer.
