El día de 3 de febrero, a pocas horas de que hubiera comenzado el proceso de vacunación masiva en Chile, el ministro de Salud, Enrique Paris, anunciaba que se lanzaría pronto una campaña comunicacional para promoverlo y pidió "a los líderes de opinión y políticos, tanto de la oposición como del oficialismo, a las universidades y centros de estudio, a que colaboren en difundir esta campaña".
Durante la primera semana de inoculaciones, se logró administrar dosis a más de un millón de personas. El alto número se alcanzó sin que se lanzara la campaña, de la cual se desconocen detalles o fechas. Este miércoles, al ser consultado sobre la iniciativa, el ministro de Ciencia, Andrés Couve, respondió que "el plan de comunicación ha estado presente ya por muchos meses".
"Hemos comunicado regularmente todos los avances que hemos ido teniendo. El Ministerio de Salud ha sido muy claro en mostrar a la ciudadanía lo que han sido las recomendaciones de los organismos técnicos para las poblaciones objetivo y además hemos tenido un respaldo muy importante de la comunidad científica, que le ha dado un respaldo técnico y que han servido de voceros para que logremos esta adhesión", dijo en EmolTV.
A juicio del secretario de Estado, "con el aporte de expertos, de personas que han estado haciendo vocerías permanentemente en televisión, en radio y en otros medios, hemos podido transmitir una sensación de que las vacunas son seguras, eficaces y que han sido evaluadas adecuadamente. Eso gradualmente ha ido dando la confianza a la ciudadanía". "Se ha comunicado por muchas personas y ciertamente vamos a hacer todos los esfuerzos para que esa campaña comunicacional continúe", añadió.
La preocupación para la comunidad científica es que el acelerado ritmo de vacunación decaiga una vez que le corresponda inocularse a los grupos de edades medias, donde se concentran los escépticos y desconfiados. Couve respondió que "a medida que vaya cambiando el público objetivo, vamos a tener que ir haciendo llamados a otras poblaciones, ciertamente con los matices que tiene que tener cada uno de ellos, porque sabemos que son distintos".
Construir confianza (y difundirla)
Hace diez años, los personajes de 31 Minutos cantaban una canción en televisión para promover que los adultos con síntomas de influenza no concurrieran a sus trabajo, sino que se quedaran guardando reposo en sus casa. Otro spot mostraba lavados de manos y de verduras, recomendando consumir agua potable e higienizar lo que se consumiera para prevenir enfermedades entéricas, como el cólera y la hepatitis A. Ambos fueron realizados por el Gobierno.
Por eso es que el bioestadista y epidemiólogo de la U. de Chile, Gabriel Cavada, cree que algo similar debería haberse hecho con la vacuna del covid-19 antes de este momento. "En diciembre salió una encuesta que decía que solamente un 43% de la población susceptible a ser vacunada estaba dispuesto a vacunarse", comenta a Emol. "Esa cifra debería haber impulsado una campaña potente de educación en términos de indicar qué es lo que hace la vacuna y derribar los mitos urbanos que había de esto".
Para el académico, "nunca es tarde". "Yo saludo el hecho de que se haga una campaña de vacunación informada, porque nunca está demás intensificarla", explica. Una de las razones que fundan la asertividad de estas campañas es que circulan en diferentes horarios por los medios de comunicación, por lo que la audiencia que las recibe va cambiando: aquellos que ven noticias, los que ven matinales, los que miran teleseries y los que solamente se conectan para el horario prime.
"En diciembre salió una encuesta que decía que solamente un 43% de la población susceptible a ser vacunada estaba dispuesto a vacunarse. Esa cifra debería haber impulsado una campaña potente de educación"
Gabriel Cavada
Lo mismo evalúa la infectóloga de la Facultad de Medicina de la U. Católica, Katia Abarca. "Siempre los mensajes comunicacionales, si están bien diseñados y contienen información importante, son buenos. Es importante hacerlo y probablemente es bueno que se haga lo antes posible. Siempre la educación a la población es positiva y necesaria", explica a Emol. Para ella, es importante que una campaña así se transmita por varias plataformas, desde la radio a las redes sociales, para lograr la mayor difusión posible.
Ya en diciembre, la presidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología, María Paz Bertoglia, recomendaba al Gobierno elaborar una "recolección de información" para entender dónde se originaba la desconfianza en las vacunas y proponía "instalar un diálogo con la ciudadanía". "Esperamos que se esté evaluando una campaña comunicacional, pero también la generación de algún tipo de plataforma donde se pueda acceder a información basada en evidencia".
Para el secretario técnico del Departamento de Políticas de Salud y Estudios del Colegio Médico, Cristóbal Cuadrado, la estrategia comunicacional "debería ya estar diseñada y en proceso de implementación, con fases claramente establecidas que avancen según la vacunación progrese y apuntando a sumar a los grupos objetivos en cada momento". Aunque considera que "los mensajes de la autoridad y personalidades públicas deben ser parte de la estrategia", asegura que "no bastan". "Una campaña implica una estrategia en la que múltiples canales y formas de comunicación se combinan para lograr impactar sobre las conductas de los individuos".
Es algo con lo que concuerda el ex ministro de Salud, Emilio Santelices, quien cuenta que recibe llamados de conocidos que le preguntan si debieran vacunarse o no. "Yo pienso que las campañas tienen que continuar. Tenemos que seguir transmitiendo la importancia de vacunarse y la seriedad que hay detrás de cada una de estas investigaciones", dijo a EmolTV. "Ese mensaje tiene que seguir enviándose y, por consiguiente, las campañas tienen que estar presentes".
