"Yo personalmente lo he pasado bien mal con este Gobierno", dijo una relajada Izkia Siches en conversación con el podcast La Cosa Nostra la semana pasada. En la instancia, donde mencionó que dondequiera que fuera era evaluada como la presidenta del Colegio Médico y que había perdido su libertad de opinar, la doctora se permitió hablar de una forma en la que la ciudadanía nunca la había escuchado. Y sus dichos todavía generan repercusiones.
"Yo he sido súper señorita: voy a todas las reuniones y me saco fotos con todos los infelices", dijo Siches. Se refirió, también, al ministro Enrique Paris como un "buen soldado" del Gobierno que no tiene "capacidad de incidir" y señaló que el ex titular de Salud, Jaime Mañalich, "pesaba y tensionaba más". "Igual, si para nosotros es funcional, yo abrazo a Mañalich. Si el gallo me ayuda a que cerremos las fronteras, buena onda, vamos. Tío, por favor", mencionó la médica.
A raíz de sus declaraciones, las reacciones se han alineado principalmente en tres ejes: quienes rechazan tanto el fondo como la forma de sus dichos, quienes respaldan ambos elementos, y quienes se muestran de acuerdo con el fondo pero discrepan de la manera de expresarlo. Las opiniones han sido expresadas en redes sociales, puntos de prensa y programas de análisis político.
Ni fondo ni forma
"No es un arrojo de sinceridad, sino un caso de infantilización", fue la conclusión que sacó el columnista y rector de la U. Diego Portales, Carlos Peña, sobre el discurso de Siches. "La forma importa si de pronto resulta contradictoria con la actitud formal previamente sostenida (...) El fondo no deja de ser también relevante, puesto que será bien difícil escuchar de aquí en adelante declaraciones ponderadas de la doctora Siches sin pensar que son insinceras o impostadas", dijo.
Otra crítica fue la de quien le peleó la presidencia del Colmed, el doctor Renato Acuña, quien aseguró que el tono de las palabras "está bien en otro ambiente, como un asado de amigos". "Ahí uno puede tener ese tipo de expresiones. Esto es una falta de respeto y la verdad es que no se entiende si esto fue un chiste o no fue un chiste", apuntó.
También la cuestionó el cientista político Alfredo Joignant. "Una cosa es decir lo que se piensa y otra cosa es perder la compostura y las formas", dijo. "Lamentablemente Izkia quedó muy mal. Fue un infantilismo, en forma y fondo", agregó.
El presidente de la UDI, Javier Macaya, también calificó como "muy lamentable" la entrevista de Siches. "De alguna manera demuestra que la politización a la que ha llevado al Colmed, en vez de cooperar", dijo. "Recurre a descalificaciones y argumentos que nada ayudan a salir del momento en el que vive Chile".
Por último, recibió críticas de la ministra de Desarrollo Social, la también doctora Karla Rubilar. "Sus declaraciones me sorprenden, horadan el cargo que ostenta, quiebran confianzas y golpean su propia estatura como titular de la institución que encabeza", le dijo a Siches a través de una carta donde le pidió "enmendar el rumbo". De lo contrario, advirtió, presentará su renuncia al organismo.
Tanto la forma como el fondo
"Resulta impresionante, y muestra la profunda desconexión con el país, que la derecha y el Gobierno se escandalicen más ante la honestidad de la doctora Izkia Siches que frente al mal manejo de la pandemia (salvo la vacunación) y la falta de apoyo al pueblo que sufre la crisis", expresó el diputado y actual precandidato presidencial, Gabriel Boric.
También la respaldó la ex subsecretaria de Derechos Humanos y directora de Corporación Humanas, Lorena Fríes. "Agradezco la autenticidad de la presidenta del Colmed en la entrevista. Lamento las críticas que le hicieron, pero vienen del Chile que ya fue, así que no importa", declaró.
"El abandono de la diplomacia tiene una explicación clara (...) Un tono meloso, formal y/o diplomático puede resultar impropio ante un hecho de gravedad"
Alberto Mayol
La apoyó además el sociólogo y panelista de La Costa Nostra, Alberto Mayol, quien señaló que "el abandono de la diplomacia tiene una explicación clara" y que "un tono meloso, formal y/o diplomático puede resultar impropio ante un hecho de gravedad". Expresó también que el discurso tiene un propósito: "Es el inicio de su despedida de la escena covid. Viene el prenatal, luego el posnatal, estará más de medio año fuera de acción. Es posible que en ese periodo el covid ya esté controlado y quiere dejar clara su visión de la situación, más allá que se haya comido escenas que se comió, quiere que mañana los mismos que la critican por ser tan dura no le vengan a decir que en rigor nunca fue tan clara".
"La doctora Izkia Siches ha luchado con honestidad por la salud de los chilenos", mencionó por su parte el ex ministro Marcelo Mena. "Lo que dijo lo pensamos muchos. El Gobierno tendrá un legado de casi 30 mil muertos y que obligó a la gente a usar sus ahorros en vez de ayudarlos. Estoy con Izkia y los funcionarios de salud de Chile", dijo.
Otra ex autoridad que la respaldó fue la otrora ministra de Salud Helia Molina, quien aseguró que "llega un momento en que dejamos de lado el filtro y decimos cosas que parecen no apropiados en su forma" y destacó, en cambio, que los chilenos "hemos tenido que soportar que nos digan humanoides, flojos que no quieren trabajar, que nos levantemos más temprano para pagar menos pasaje. En fin, miles de insultos".
El fondo sí, pero la forma no
"Estamos en una crisis tan profunda que no me preocupa el tono", dijo la académica de la U. de Santiago, Lucía Dammert, aunque admitió que ella "no lo hubiera usado". "Si yo fuera su asesora, le hubiera dicho que hay un par de adjetivos que no son los mejores, pero lo que está externalizando creo que es algo que la gran mayoría de chilenos pensamos", agregó.
Por su parte, el alcalde de Recoleta y carta presidencial del PC, Daniel Jadue, también se mostró crítico con las palabras empleadas. "No me parece que sea el tono donde uno conversa de política", dijo, aunque "en el fondo uno puede estar de acuerdo". "Una cosa es discutir (...) y otra es con palabras que, a mí, más me parecen insultos", agregó. Además destacó que "el Colegio Médico se había sumado durante un largo tiempo y había avalado posiciones del Gobierno, por lo tanto me llamó profundamente la atención este giro tan grande".
El ex presidente del Colmed y parlamentario en ejercicio, Juan Luis Castro, destacó que la entrevista "demuestra una crítica importante, fuerte y sólida" pero que tuvo "mucho adjetivo o descalificaciones que pueden estar de más". "Hay que ser respetuoso en la forma para no agredir si no marcar un punto de diferencia, que es lo más importante", expresó.
Por su parte, la abogada y académica de la Universidad Austral, Yanira Zúñiga, realizó un análisis de la situación y destacó que "la comunicación política está atravesada por las formas de una manera más potente que la comunicación privada", y que esta "no puede transformarse en una formalidad completamente insincera o vacía".
"Un desvío de las formas puede ser, según su rendimiento político y sus objetivos, un desliz o un error, o, eventualmente, un acierto si logra desafiar ciertos liderazgos y establecer otros. Esto está por verse en el caso de Siches", concluyó.
