Habían pasado cinco días desde el inicio de la campaña de vacunación masiva cuando el ministro de Salud, Enrique Paris, se refirió al fenómeno que se observó en los días anteriores: la inmunización de personas los días sábado y domingo en algunas comunas, pese a que la calendarización del Ministerio de Salud no incluía los fines de semana. Ese día, Paris se abrió a flexibilizar el calendario de acuerdo a "la elección o el criterio del municipio correspondiente".
Diez días después, el ministro volvió a referirse a la práctica. Citando la proximidad de la segunda dosis y de la campaña de vacunación contra la influenza, el titular de Salud pidió a los municipios "dejar descansar a su personal", debido a que ya empezaban a surgir las primeras alertas de parte de los funcionarios sanitarios con respecto a la carga de trabajo que implicaba la administración de las dosis.
El tópico volvió a surgir el día en que el consejo asesor recomendó la postergación de las elecciones, cuando añadieron que se hacía necesario aumentar el ritmo de vacunación y plantearon ampliar los operativos a los fines de semana, una idea que el ministro ha señalado que debe conversar antes con los municipios y con los funcionarios de la salud.
Hoy en día son más de 130 las municipalidades que administran vacunas los días sábados o domingos, o en ambas jornadas. Se trata, en general, de las ciudades grandes en regiones —como Arica, Iquique, Antofagasta, Copiapó, Coquimbo, San Antonio, Valparaíso, Talca, Chillán, Concepción, Los Ángeles, Temuco, Valdivia y Puerto Montt, entre muchos otros— y una parte importante de las comunas de la Región Metropolitana.
Según datos procesados por Emol, la comuna de la RM que más vacuna en los fines de semana es Talagante, que ha aplicado el 11,9% de sus dosis fuera de los días hábiles. Le siguen Lo Espejo (8,3%), Pedro Aguirre Cerda (5,5%), El Monte (5,4%), Quilicura (4,7%), Recoleta (4,1%), Padre Hurtado (4%), San Bernardo (3,7%), La Florida (3,5%), Peñaflor (3,3%), Santiago (3,2%) y Vitacura (3,2%).
Aunque la alternativa aparece como una fórmula para aliviar la presión de la pandemia en un complicado momento epidemiológico, conlleva una carga extra de trabajo que los funcionarios de la salud advierten que no pueden asumir. "Si es por el bien de los chilenos, que los municipios lo hagan, pero con recursos externos y no sobrecargando lo que hoy día nosotros estamos denunciando", dice a Emol la presidenta de la Confusam, Gabriela Flores.
Personal externo o sistema de turnos
Desde el inicio de la campaña de vacunación, la comuna de Talagante consideró los sábados como día de administración de dosis. En las instalaciones de la Escuela Alborada, al lado del Cesfam, montaron un vacunatorio donde han llegado hasta 500 personas en días no laborales.
Para ello, explica a Emol el doctor y coordinador del vacunatorio, Ricardo Malta, contrataron a cerca de 40 funcionarios con los fondos destinados para la campaña.
"Desde un principio nosotros vacunábamos los sábados. Abrimos de 9 a 13 horas y siempre con buen nivel de gente", cuenta. Esos días los utilizan para inmunizar a los rezagados. "En los días de semana, cuando está calendarizado, llega principalmente gente de las edades que corresponden a ese día, pero los sábados es súper transversal en edades. Funciona, y las estadísticas realmente nos lo muestran, como un sistema de rezagados", agrega.
La estrategia ha sido posible porque casi no ocupan recursos humanos del Cesfam, por lo que la atención primaria siguió funcionando sin merma. Lo mismo se hizo al establecer el equipo de seguimiento epidemiológico: se hizo también con apoyo de contratos externos.
"No nos oponemos a que se vacune sábado y domingos si esto se requiere, a lo que nos oponemos a que se siga recargando a nuestra misma gente, haciéndola trabajar sábado y domingo solo con devolución de tiempo"
Gabriela Flores, Confusam
En Lo Espejo, por otra parte, el porcentaje de dosis administradas en los días sábado y domingo corresponde al 8,4% del total. Según calculan en la propia municipalidad, se reciben entre 150 y 200 personas cada fin de semana, versus un promedio de 350 personas el resto de los días. Allí se organizan mediante un sistema de turnos, donde los funcionarios que vacunan el sábado no son los mismos que van a trabajar el domingo.
"Llegan las personas que en los días de semana no pueden venir a vacunarse, como las que trabajan y cuando llegan tarde a su domicilio ya se encuentran con el vacunatorio cerrado. Ellos tienen sábado y domingo libremente para venir a vacunarse, por eso hemos podido hacer una vacunación efectiva", explica el alcalde de Lo Espejo, Miguel Bruna (IND), quien actualmente postula a la reelección. Tomó la decisión, asegura, por "la necesidad que tiene la comuna".
La arista política también está en el tapete: de las 12 comunas que más vacunan los fines de semana en la RM, ocho están dirigidas por alcaldes que buscan la reelección y en tres de ellas el actual jefe comunal no postula porque ha alcanzado el máximo de periodos en el cargo.
Ante el escenario, la presidenta de la Confusam recalca que si los municipios quieren adoptar esta modalidad deben hacerlo sin repercutir en la carga laboral del personal municipalizado. "No nos oponemos a que se vacune sábado y domingos si esto se requiere, a lo que nos oponemos a que se siga recargando a nuestra misma gente, haciéndola trabajar sábado y domingo solo con devolución de tiempo. Si cuentan con recursos para contratar equipos y pagar horas extraordinarias, eso es una autonomía que tiene cada municipio, pero nuestra gente está agotada", cierra.