El 3 de febrero, cuando Chile comenzaba la campaña de vacunación masiva para mayores de 90 años, el Ministerio de Sanidad de Israel anunciaba que al día siguiente se abriría la inmunización en el país para mayores de 18 años, sin restricción de edad. Fue una forma de incentivar la inoculación, que ya había cubierto con la primera dosis al 38% de la población para ese día pero comenzaba a ralentizarse.
Luego de vacunar al 80% de los ciudadanos de más de 60, el interés de los grupos sobre los 35 años venía decreciendo. La convocatoria, entonces, se abrió 1 mes y 12 días después del inicio de la campaña en el país de 8,6 millones de habitantes. En un mes, el porcentaje de inmunizados con la primera dosis llegaba a 55,9% y actualmente alcanza el 61,8%.
Es precisamente el debate que surge ahora en Chile, a 2 meses y 17 días del comienzo de la campaña acá y en el momento en que empieza a levantarse preocupación por un posible estancamiento del ritmo de vacunación. La idea de abrir el proceso para todas las edades fue consultada al ministro de Salud, Enrique Paris, este lunes, mismo día en que anunció que la primera dosis ya ha sido administrada a un 50,9% de la población.
"No es factible abrir una vacunación masiva sin ningún control", respondió tajante. "Abrir la vacunación generaría un desorden gigantesco, toda la gente que quiere vacunarse y acudiera de forma masiva a los centros aumentaría la posibilidad de contagio, de desorden, la gente saldría más molesta", explicó. Dijo, además, que el calendario debe ajustarse "en relación a lo que va llegando a Chile". "No podemos asegurar vacunas si no contamos con las dosis adecuadas, y tenemos que guardar —y así lo estamos haciendo— las segundad dosis", agregó.
La idea, sin embargo, sigue circulando. "Habría que considerar abrir el rango de edad y más bien tratar de utilizar la infraestructura con todas las personas que podamos vacunar", planteó ayer en EmolTV la ex subsecretaria de Salud Pública y asesora de la OMS, Jeanette Vega. El mecanismo, aseguró, permitiría inyectar rapidez al proceso. "Yo abriría la vacunación completa, a todos los grupos de edad", dijo, "a todas las personas que estén disponibles para ir, y después seguir con los grupos rezagados".
Flexibilizar con rapidez
La prioridad para el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile, Flavio Salazar, es aumentar el ritmo de vacunación cuanto antes. "Los expertos por una parte y el Gobierno por otra quieren ponerle fecha a la inmunidad de rebaño. Esa potencial fecha, estando yo escéptico de que se pueda lograr en el corto plazo, depende fuertemente de la velocidad de vacunación y de las medidas que se tomen. Es como decir: ¿Cuánto me demoro en ir a Valparaíso? ¿Dos horas o cuatro? Bueno, depende de la velocidad a la que me vaya", dice a Emol.
"Es muy importante que la población que más está contagiándose pueda acceder rápido a la vacuna, para poder achicarle los espacios al virus", menciona. "El Gobierno cuenta con información respecto a las dosis que tiene disponibles, las que tiene prometidas, cuándo van a llegar, el grado de incertidumbre y la gente que falta. Con eso tiene que tener flexibilidad para determinar los grupos. A lo mejor va a tener que juntar más edades, pero tiene que apurar el tranco. Es importante", asegura.
"Esta semana solamente hay un año más que se agrega, que es los 47 años. Ahí uno podría decir ¿por qué no se flexibiliza y junto con los rezagados y las segundas dosis no ponemos 45, 46 y 47 años? No estamos hablando de que vengan personas que tengan entre 20 y 30 años"
Ignacio Sánchez
El rector de su casa de estudios, Ennio Vivaldi, concuerda en que lo central es la velocidad. "Yo, por sobre todo, optimizaría el resultado. El algoritmo puede ser uno u otro, puede variar aquí o allá, pueden haber distintos criterios adicionales, pero yo trataría de que el máximo de la población se vacunara con la mayor prontitud posible. Eso es lo que más me interesa, mucho más que regirme a cualquier tipo de normativa abstracta", aseguró en EmolTV.
El médico empatizó con el ministerio y señaló que tanto quienes piden abrir como la autoridad sanitaria "tienen algo de razón". "Tiene que haber un calendario, pero optimicemos. Si no se me vacunan dos personas de 50 años, de inmediato vacuno a dos de 47. Hay una lógica detrás de esto y creo que uno puede tener criterios fijos que no relativicen todo", dijo. "Es cuestión de ponerse en el lugar del ministro: no quiere tener a todo el mundo pidiendo desordenadamente vacunas. Tiene que ordenar su proceso, y eso va a depender de la confianza que él tenga en que va a recibir tales dosis en tales momentos, y que las va a poder distribuir".
En eso coincide el rector de la U. Católica, Ignacio Sánchez. "Esta semana solamente hay un año más que se agrega, que es los 47 años, y todo el resto de la semana es para segundas dosis y para rezagados. Ahí uno podría decir: ¿Por qué no se flexibiliza y junto con los rezagados y las segundas dosis no ponemos 45, 46 y 47 años? No estamos hablando de que vengan personas que tengan entre 20 y 30 años", dijo.
El rector enfatizó en que "la edad sí es un factor de riesgo y tenemos que ir vacunando a las personas de mayores edades, bajando de forma paulatina". "Salvo que haya un déficit de vacunas y que tengamos que reservar para segundas dosis (...) tenemos que ir empujando lo más posible el rango etario", aseguró. "Uno conoce muchas personas que están realmente anhelando poder tener la edad suficiente. Da como no sé qué que habiendo personas que pudiendo ir no van, y van postergando a esos que están anhelando vacunarse, pero de que tiene que haber un calendario, tiene que haberlo", cerró.
