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Irrupción de los independientes y relevancia de los partidos políticos: Pablo Ortúzar y Carlos Ruiz entran al debate

En medio de la discusión por dar más espacio a personas sin militancia en el Congreso, el investigador del IES y el titular de la Fundación Nodo XXI coincidieron en que el actual momento es un "ultimátum" para las colectividades tal como las conocemos.

27 de Mayo de 2021 | 10:12 | Por Felipe Vargas Morales, Emol
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El antropólogo social Pablo Ortúzar y el sociólogo Carlos Ruiz.

Emol.
Los resultados de las últimas elecciones de convencionales constituyentes provocaron un verdadero terremoto para los partidos políticos. El triunfo de independientes dejó en evidencia el fracaso de la mayoría de las colectividades, abriendo de paso un severo cuestionamiento al actual sistema democrático representativo.

El éxito electoral obtenido por la Lista del Pueblo o los Independientes por la Nueva Constitución motivó al Frente Amplio y el PC a presentar un proyecto de ley que otorga más facilidades a las personas que no militan para que puedan competir por un cupo en el Congreso Nacional, abriendo un intenso debate sobre el futuro de las tiendas.

De hecho, este lunes, el profesor de derecho administrativo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y columnista de La Segunda, Luis Cordero Vega, planteó en ese medio los peligros de prescindir de un sistema de partidos políticos, asegurando que un sistema democrático no puede funcionar sin ellos.

"Debemos tener cuidado con desvalorizar a los partidos cuando estamos en un momento constituyente en que la discusión sobre el régimen de gobierno es determinante. En cualquiera de las alternativas que acordemos, el sistema de partidos -distinto, por cierto, al que disponemos en la actualidad- es concluyente para la salud de la democracia", afirmó.

Asimismo, sostuvo que "resulta conveniente no olvidar que, en nuestra historia reciente, dos dictadores fueron los íconos de los discursos contra los partidos: Ibáñez y Pinochet. El primero impuso una dictadura sin partidos y luego, cuando fue electo, prometió 'barrer' con los políticos".

"El segundo señaló en 1979 que la mejor democracia era 'sin pluralismo ni partidos políticos', por eso se debería hablar de 'neodemocracia', en la cual importaran más 'las corrientes de opinión' que los partidos. Esas frases se repiten hoy con facilidad, sin conciencia del riesgo que las mismas han representado para nuestra democracia", advirtió.

La mirada de Ortúzar

En ese contexto, el antropólogo social e investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Pablo Ortúzar, aseguró a Emol que un sistema democrático sin partidos "puede funcionar, pero mal, a menos que se trate de algo del tamaño de la polis griega".

"Unidades políticas modernas, mayores, con ciudadanía plena y mayor extensión geográfica requieren organizar y mediar la representación. Y si no hay partidos estables, eso se logra a través de caudillismos que van y vienen. Un ejemplo es el caso peruano. Y es cosa de preguntarle a cualquier amigo peruano cómo funciona de mal", indicó.

"Es un ultimátum a los partidos, o se abren y renuevan, recogiendo liderazgos locales y nuevos rostros, o van a desaparecer".

Pablo Ortúzar, investigador IES
En esa línea, sobre qué acciones se pueden adoptar para mejorar la representatividad del sistema, el experto que actualmente cursa un doctorado en la Universidad de Oxford, respondió que el momento actual "es un ultimátum a los partidos: o se abren y renuevan, recogiendo liderazgos locales y nuevos rostros, o van a desaparecer".

"También es un llamado a los ciudadanos: hay que estar dispuestos a militar para transformar el sistema de partidos en vez de destruirlo", añadió, junto con llamar la atención sobre "la idealización de los independientes" que se ha visto en los últimos días en medio de la grave crisis que impacta a los partidos tradicionales.

Al respecto, señaló que "el independiente no es más virtuoso por no militar y la gente suelta, que no obedece a ninguna estructura, es mucho más fácil que se arranque con los tarros y abuse de su posición que alguien sujeto a una institucionalidad clara".

"La lógica interna de las democracias que funcionan es la de las mediaciones, balances y contrapesos que hacen más difícil a cualquiera abusar de su posición. Y hacia allá tiene que avanzar la desconfianza ciudadana de hoy. Desde la desconfianza ciega, parafraseando a Andrés Murillo, a la desconfianza lúcida", subrayó.

El análisis de Ruiz

Ante el mismo dilema, el sociólogo y presidente de la Fundación Nodo XXI, Carlos Ruiz, destacó que "los resultados electorales recientes confirman una tendencia que se viene dando hace mucho rato y es que el sistema político de la transición a la democracia y el régimen de partidos que lo sostiene vienen incubando un vacío de representación".

"Ya en el momento de la transición existieron voces críticas, como Norbert Lechner, sobre el riesgo de lo que implicaba una política muy cerrada a la sociedad, él la llamaba una 'política ensimismada'. Yo agregaría que era una elite política que vivía en la utopía imaginaria de poder hacer política sin sociedad", añadió.

Según Ruiz, "cuando eso ocurre, se empieza a incubar en la sociedad una crisis de legitimación de ese sistema de partidos, que juega una política opaca que no se tradujo en un proceso de democratización social que acompañara a la democracia política, que se tendió a cerrar en acuerdos que funcionaban solo para esa elite".

"Eso empezó a ser desafiado de forma gradual pero creciente y sostenida por la sociedad. La revolución pingüina del 2006 fue el aviso desoído por esta elite, luego la revuelta de los trabajadores subcontratistas el 2007 y de ahí no pararon las revueltas sociales, mucho antes del octubre donde se junta todo", recordó.

En ese contexto, detalló que "la democracia estrecha e incompleta que se pactó en la transición se muestra completamente agotada, los partidos de esa estructura abandonaron un objetivo clásico de los partidos, que es la generalización y la representación de intereses y se van distanciando de la sociedad".

Sobre lo que viene ahora, el académico de la Universidad de Chile explicó que "hay un proceso de reorganización política de la sociedad que muy posiblemente no sea breve, que tampoco sea lineal y que no estará exento de nuevas crisis, pero que muy posiblemente va a cambiar el mapa político y a muchos de los partidos".

"La democracia estrecha e incompleta que se pactó en la transición se muestra completamente agotada, los partidos de esa estructura se van distanciando de la sociedad".

Carlos Ruiz, sociólogo
"Estamos viviendo un proceso de transformación de la esfera política en Chile, de un sistema político muy cerrado y de acuerdos opacos que ya carece de toda legitimación. Este es un proceso que está en curso y todavía puede dar muchas vueltas, no es lineal, no es que de un día para otro se instale otro sistema de representación", dijo.

"Se van a fraguar nuevas formas de representación política y lo que surja como coaliciones o partidos van a tener nuevos rasgos, programas, metas y van a actuar de otra forma. Ahora, exactamente de qué manera eso se va a librar, va a ser mediante un conflicto que no es fácil de predecir", enfatizó.

Sobre la irrupción de los independientes y la necesidad de darles más espacio, apuntó que el hecho de que "se erosione el sistema de partidos de la transición no quiere decir en sí que se erosionen los sistemas de partidos de cualquier tipo. Ese sistema de partidos, que no era tan representativo como decía ser, se erosionó".

"Ahora, si se constituirá un nuevo sistema de partidos, una democracia más representativa, con más participación ciudadana, creo que son los grandes dilemas que en este momento se abren y que de momento es lo que indican esas fuerzas independientes pretenden buscar, pero esta por verse si eso sucede", concluyó.
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